Por Agroempresario.com
Pablo Stürzenbaum, un médico veterinario y productor agropecuario con una sólida experiencia en ganadería regenerativa y manejo holístico de pastizales, ha demostrado una notable capacidad para enfrentar adversidades extremas. La reciente tormenta de nieve en la región de Tapi Aike, Santa Cruz, que comenzó a fines de mayo, ha sido uno de los desafíos más significativos que ha enfrentado en su carrera. Este artículo, basado en una nota publicada en La Nación, detalla cómo Stürzenbaum aplicó un protocolo de emergencia desarrollado tras la nevada histórica de 1995 para minimizar el impacto del temporal.
Stürzenbaum, que administra junto a su familia la estancia Rupai Pacha y Achalay, se preparó meticulosamente para la tormenta. Aplicó un protocolo de emergencia que incluye 37 puntos clave para manejar eventos climáticos extremos, basados en las lecciones aprendidas hace casi tres décadas. El protocolo abarca medidas como la alimentación temprana de las ovejas y el uso de maquinaria para abrir caminos en condiciones adversas.
La nevada reciente acumuló 97 cm en Rupai Pacha y hasta 1,20 m en Achalay, una magnitud similar a la nevada del siglo de 1995. Con el deshielo posterior, el panorama ha mejorado, aunque aún se están evaluando las pérdidas reales. Stürzenbaum comenzó a alimentar a las ovejas el 4 de junio, antes de que la nevada se intensificara, para asegurar que estuvieran lo mejor preparadas posible. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, las ovejas han perdido peso y condición corporal, lo que podría afectar la calidad de los corderos nacidos en la próxima temporada.
El acceso a los campos fue un desafío considerable. Mientras que en Rupai Pacha la familia Stürzenbaum logró gestionar la situación con maquinaria propia, en Achalay se requirió asistencia del Ejército para transportar alimento. La falta de accesibilidad a las rutas provinciales y la necesidad de maquinaria especializada complicaron aún más la tarea de asegurar el bienestar de los animales.
Rupai Pacha y Achalay, estancias que la familia Stürzenbaum ha operado desde 1973, se dedican a la cría de ovejas merino multipropósito, una raza adaptada para la producción de carne y lana de alta calidad. La adaptación de los animales y el protocolo de emergencia han sido claves para enfrentar las condiciones extremas.
En sus propias palabras, Stürzenbaum reflexiona sobre la experiencia: "Las situaciones extremas ponen a prueba tanto el físico como la cabeza. Hay que estar atento a tomar las mejores decisiones". Su compromiso y preparación continúan siendo un ejemplo de resiliencia y adaptabilidad en la gestión agropecuaria.