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Por Agroempresario.com
En un rincón vibrante del barrio de Recoleta, Buenos Aires, se encuentra un pedazo de Salta que resuena con cada acorde de guitarra y el aroma inconfundible de empanadas recién salidas del horno. La historia de La Morena, relatada en una nota de La Nación, un clásico local que abrió sus puertas en mayo de 2018, es un testimonio de la pasión y la perseverancia de dos salteños que decidieron traer un pedazo de su tierra natal a la gran ciudad.
Luis Rodríguez Cornejo, de 31 años, y Valentín Chiban, de 33, comenzaron su aventura con una simple idea: abrir un espacio que combinara la rica gastronomía y la cultura folclórica del Norte argentino. Inspirados por la canción de El Chaqueño Palavecino que celebra su tierra natal, los amigos encontraron en el nombre "La Morena" el reflejo perfecto de su objetivo. "Nos costó encontrar uno que refleje el Norte. Tenía que ser fácil de recordar, fuerte y parte de nuestra identidad", confiesa Luis en una entrevista con La Nación.
La elección del local en la calle Austria 2032 no fue casual. Anteriormente un salón de eventos infantiles, el espacio se transformó en un acogedor rincón con paredes de ladrillo a la vista, decorado con elementos típicos de la región: cuadros autóctonos, ponchos y estantes repletos de vinos norteños. La apertura, justo antes de la gran fecha patria, resultó en un éxito instantáneo. La llegada de clientes, entre ellos jóvenes estudiantes del interior, consolidó a La Morena como un lugar de encuentro indispensable.
Desde sus inicios, la propuesta de La Morena ha sido clara: ofrecer una experiencia auténtica del Norte argentino a través de su gastronomía y música. La estrella del menú es la empanada salteña, elaborada con masa casera y relleno de carne y papa, que se ha convertido en el corazón del negocio. "La empanada salteña fue un acierto y fue el producto clave para poder crecer y expandir el negocio", asegura Luis.
El ambiente en La Morena es igualmente acogedor y auténtico. Cada noche, guitarreadas espontáneas llenan el espacio de música folclórica, sin necesidad de preselección para las bandas. La interacción entre clientes y músicos, y el espíritu de camaradería, crean una atmósfera vibrante y alegre. "Lo más lindo que vemos es cómo se conectan los clientes de todas las edades, de distintos lugares, culturas y terminan cantando y pasando un buen momento en conjunto", dice Luis.
A medida que La Morena ha crecido, también lo ha hecho su oferta gastronómica. Además de las clásicas empanadas, el menú ahora incluye platos tradicionales como locro, guiso de lentejas y tamales, así como postres típicos como el flan con dulce de leche y turrón salteño. Los sabores auténticos del Norte son una parte esencial de la experiencia, mantenidos con mucho cuidado y amor.
La historia de La Morena es un ejemplo de cómo la pasión por la cultura y la tradición puede crear algo verdaderamente especial en un entorno urbano. Cada noche, este rincón de Recoleta sigue celebrando la riqueza del folclore salteño, un lugar donde la música y la comida se encuentran para crear una experiencia inolvidable.
