Por Agroempresario.com
El impacto del cambio climático amenaza con reducir en un 12,5% el Producto Bruto Interno (PBI) de América Latina y el Caribe para el año 2050, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). La organización ha subrayado la necesidad urgente de adoptar políticas de mitigación y adaptación para contrarrestar los efectos adversos que podrían desencadenar una crisis económica en la región.
El documento, titulado “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024: Trampa de bajo crecimiento, cambio climático y dinámica del empleo”, ofrece un panorama preocupante para el futuro económico de la región. Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, destacó la alta vulnerabilidad de los países latinoamericanos y caribeños a los fenómenos naturales debido a su geografía. "La región experimenta frecuentemente fenómenos naturales devastadores como huracanes, sequías, inundaciones y olas de calor, que ponen en riesgo la estabilidad económica y la vida productiva", explicó Titelman.
La CEPAL advirtió que, si no se implementan medidas inmediatas, la intensificación de los desastres naturales podría llevar a la pérdida de aproximadamente 43 millones de empleos para 2050. Este número representa el 10% de la fuerza laboral actual en la región, lo que implicaría un golpe devastador para las economías locales y para millones de familias que dependen de estos ingresos.
Particularmente alarmante es la situación en el sector agrícola, donde se proyecta la pérdida de 10,9 millones de empleos. El informe también identifica al turismo como otro sector altamente vulnerable, con una pérdida estimada de 4,4 millones de puestos de trabajo. Estos dos sectores combinados podrían representar hasta el 35% de la pérdida total de empleos proyectada para 2050.
Además de la pérdida de empleos, el informe de la CEPAL resalta que el cambio climático limitará la capacidad de los gobiernos para recaudar ingresos fiscales, debido a la destrucción de infraestructuras y la disminución de la actividad productiva. Esta reducción en los ingresos fiscales complicará aún más la posibilidad de realizar inversiones necesarias para la adaptación y mitigación del cambio climático.
"La frecuencia e intensidad creciente de los desastres naturales dificultará la capacidad de los países para responder y adaptarse, lo que a su vez afectará su capacidad de inversión en áreas clave", explicó Titelman. La CEPAL subraya la necesidad de un “gran esfuerzo” por parte de los países para adoptar políticas que no solo mitiguen los impactos inmediatos, sino que también promuevan una adaptación a largo plazo.
Para evitar este sombrío escenario, la CEPAL recomienda que la región aumente significativamente sus inversiones en adaptación y mitigación, superando el 5% anual. Esto implicará un cambio profundo en las políticas de desarrollo productivo, con un enfoque en la diversificación de la matriz energética y el apoyo a sectores sostenibles que puedan dinamizar las economías locales.
"Es imperativo que los países latinoamericanos y caribeños transformen su estructura productiva y apuesten por un desarrollo más sostenible que permita enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático", concluyó Titelman.
El futuro de América Latina y el Caribe dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen hoy. Si no se actúa con rapidez y decisión, las consecuencias económicas, sociales y ambientales podrían ser devastadoras para la región y sus habitantes.