Por Agroempresario.com
En el remoto pueblo de Aicuña, La Rioja, la vida de María Nélida Oliva, conocida cariñosamente como Doña Nelly, ha dado un giro significativo. Tal como se relata en una reciente nota de La Nación, Nelly ha transformado su hogar en un punto de referencia turístico, combinando hospitalidad y productos caseros con una historia de esfuerzo y dedicación.
El rancho de adobe de Doña Nelly, situado al final de la calle principal que lleva al camping de Aicuña, se ha convertido en el corazón de un emprendimiento familiar conocido como "Lo de Nelly". Este comedor, que en sus inicios parecía un modesto proyecto, ha crecido hasta convertirse en un lugar esencial para quienes recorren la Cuesta de Miranda.
La nota de La Nación destaca que Nelly, a sus 65 años, ha mantenido una vitalidad envidiable. Su habilidad para comunicarse con los visitantes y su compromiso con la calidad de los productos que ofrece son notables. “Empecé con el turismo en el 2009 y nunca imaginé que llegaría hasta donde estoy hoy”, recuerda Nelly. Esta cita, extraída directamente del artículo de La Nación, subraya la humildad y el asombro de Nelly ante su propio éxito.
La cocina de "Lo de Nelly" es un bullicio constante de actividad familiar, especialmente durante los días de fiesta. El artículo de La Nación describe cómo la familia de Nelly se reúne para preparar empanadas riojanas, una tradición que ha conquistado a numerosos visitantes. “Nosotros estábamos de fiesta porque era el cumpleaños de mi marido… Se fueron con besos y abrazos, emocionados”, rememora Nelly sobre uno de los primeros grandes éxitos de su emprendimiento.
Además de las empanadas, el rancho ofrece productos como nueces secadas al sol y vino casero elaborado por su hijo Leonardo y su esposa Luisa. La nota menciona que estos vinos, que incluyen Malbec y Torrontés, se caracterizan por su calidad rústica y la utilización de levaduras naturales.
El entorno de Aicuña también juega un papel importante en el atractivo del lugar. Este oasis en medio de la aridez, enriquecido por agua pura del Nevado de Famatina, y la pintoresca geografía de la Cuesta de Miranda, atraen a los turistas que buscan una experiencia auténtica en el oeste riojano.
La dedicación de Doña Nelly al turismo y a la preservación de la cultura local no solo ha beneficiado a su familia, sino que también ha revitalizado a su comunidad. Su historia, que comenzó con un simple canastito de productos caseros, ahora forma parte integral de la oferta turística de Aicuña.
Con la vitalidad y el compromiso de Doña Nelly, "Lo de Nelly" continúa siendo un ejemplo inspirador de cómo la pasión y la perseverancia pueden transformar vidas y comunidades.