Por Agroempresario.com
El sector agropecuario argentino enfrenta un escenario desafiante debido a la caída en los precios internacionales de los granos, lo que ha generado márgenes de rentabilidad ajustados para la campaña 2024/25. Sin embargo, y de manera sorprendente, los productores han decidido redoblar sus inversiones en activos fijos, según el último Índice de Confianza del Campo de la Universidad Austral.
El informe del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral revela que, a pesar de la incertidumbre económica, se ha observado una significativa recuperación en la venta de maquinaria agrícola y un incremento en la actividad de compra y venta de campos. Este movimiento contrasta con la caída en las expectativas futuras, lo que subraya la resiliencia del sector agropecuario.
La caída de precios internacionales ha sido un factor determinante en la ajustada rentabilidad de los productores. Sin embargo, el índice de confianza muestra un aumento significativo en la intención de invertir en activos fijos, pasando de un 55 a un 85, la cifra más alta registrada desde mayo de 2022, en plena crisis entre Rusia y Ucrania.
Esta recuperación en las inversiones se atribuye a la baja en las tasas de interés y a las escasas alternativas de inversión en los mercados de capitales. Además, el precio de los campos en Argentina, aún rezagado en comparación con Brasil y Estados Unidos, ha generado un atractivo adicional para los inversores.
A pesar del optimismo en las inversiones, el Índice de Expectativas Futuras del Ag Barometer Austral ha registrado una caída del 6%, situándose en 161 puntos. Este descenso refleja la preocupación de los productores por la situación financiera actual, marcada por la caída de precios de los granos y un panorama incierto para el próximo año.
Es decir, aunque la confianza en el sector se mantiene, las expectativas para el futuro inmediato han disminuido, lo que sugiere que las inversiones actuales responden más a una necesidad de mantener la competitividad y menos a una visión optimista del futuro económico.
En cuanto a la comercialización de granos, el informe señala que la estrategia de los productores ha sido mantener sus stocks para asegurar el pago de arrendamientos y costos de siembra, más que por expectativas de precios o devaluación. Un 58% de los encuestados afirmó que reestructurará la asignación de superficies entre cultivos, con un 76% destinando menos superficie al maíz, y un incremento hacia la soja y el trigo.
A la fecha de la encuesta, aún quedaba un 50% de la producción de soja sin fijar precio y un 37% en el caso del maíz, lo que indica una cautela por parte de los productores en un contexto de volatilidad y expectativas económicas inciertas.
Aunque el sector agropecuario enfrenta un entorno complicado, los productores argentinos continúan apostando por inversiones estratégicas en activos fijos, buscando asegurar su posición en un mercado altamente competitivo y preparándose para los desafíos que se avecinan.