Por Agroempresario.com
La eliminación del cepo cambiario y la unificación del dólar son metas anunciadas por el Gobierno de Javier Milei para 2025, pero la hoja de ruta para alcanzarlas aún plantea preguntas. Aunque se prevé un proceso gradual que elimine las restricciones "capa por capa", los pasos concretos dependerán del fortalecimiento de las reservas del Banco Central y de decisiones estratégicas en un año cruzado por las elecciones presidenciales.
El primer movimiento del año podría ser la reducción del ritmo de microdevaluaciones del 2% mensual al 1%, una medida que apunta a desacelerar el impacto inflacionario de estas correcciones. Esta modificación marcaría el inicio del camino hacia un dólar único, seguido por una eventual transición a un esquema de flotación administrada.
En este escenario, el futuro del dólar blend, que actualmente permite a los agroexportadores liquidar parte de sus divisas a un tipo de cambio más alto, genera dudas. Este sistema ya no resulta atractivo ni para el sector agroexportador, que demanda competitividad mediante una baja de retenciones, ni para el Gobierno, que busca fortalecer el mercado oficial de divisas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha manifestado su rechazo a la existencia de tipos de cambio diferenciados, lo que añade presión para su eliminación.
La recomposición de las reservas del Banco Central será un requisito indispensable para concretar la unificación cambiaria. Según el documento "Objetivos y planes 2025" del BCRA, esta tarea implica avanzar en el saneamiento de su balance y, posiblemente, negociar financiamiento externo con el FMI o a través de un préstamo REPO con bancos internacionales.
Aunque estas decisiones se encaminan hacia la normalización del mercado cambiario, el Gobierno deberá equilibrar el impacto electoral de estas medidas con su promesa de liberalizar la economía.
En un contexto donde el descenso de la inflación es la carta fuerte del Gobierno, el calendario electoral agrega una capa de complejidad al proceso de salida del cepo. Mientras algunos analistas consideran que cumplir esta promesa antes de las elecciones podría ser arriesgado, otros advierten que postergarla podría generar expectativas devaluatorias en el mercado.
Con una estrategia que combina gradualismo, acumulación de reservas y negociaciones internacionales, el Gobierno enfrenta el desafío de transformar el sistema cambiario en un año clave para su gestión y para la economía argentina.