Por Agroempresario.com
Las lluvias que comenzaron el pasado viernes y se extendieron durante el fin de semana han sido un alivio para los productores agrícolas de la región pampeana. En un contexto donde el trigo comenzaba a mostrar signos de estrés por la falta de agua, estas precipitaciones llegaron en el momento justo para revitalizar el cereal y preparar el terreno para la siembra de maíz.
Según un relevamiento realizado por La Nación, las precipitaciones fueron más generosas en el centro norte de la provincia de Buenos Aires, algunas zonas del sur de Santa Fe, y, en menor medida, en Córdoba. En varias localidades se registraron entre 30 y 50 mm, con picos de hasta 65 mm en lugares como Berdier, en Buenos Aires, mientras que en el sudeste cordobés las lluvias fueron más modestas, alcanzando entre 10 y 15 mm.
Estas lluvias han sido fundamentales para mejorar las condiciones de los cultivos que estaban en terreno de regular condición. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) había advertido que era necesario un mínimo de 20 mm para salvar el potencial del trigo, que ya mostraba un 12% de los lotes en estado regular. Afortunadamente, en zonas como Roldán, Santa Fe, se registraron 33 mm, lo que un productor local describió como “una bendición”.
Por otro lado, la perspectiva para la siembra de maíz también ha mejorado. La BCR había alertado sobre una posible reducción del 30% en la superficie sembrada en la región núcleo debido a factores como la plaga de la chicharrita y la baja de precios internacionales. Sin embargo, estas lluvias han generado una buena reserva de humedad, lo que, según Sergio Grosso, ingeniero agrónomo en Salto, es crucial para quienes comiencen a sembrar maíz en las primeras semanas de septiembre.
En localidades como Acevedo, Arrecifes y Pergamino, las precipitaciones superaron los 50 mm, un “lujo” para los productores, según destacaron en el artículo de La Nación. No obstante, en el sudeste de Córdoba, los registros fueron menores, con un promedio de entre 8 y 16 mm, lo que llevó a Juan Alzapiedi, productor local, a calificar la cantidad de agua como “muy escasa.
Estas lluvias, aunque desiguales, han traído un alivio importante para los cultivos de trigo y una renovada esperanza para la próxima campaña maicera en la región pampeana. Sin embargo, la necesidad de nuevas precipitaciones en ciertas áreas persiste, especialmente en zonas donde la intensidad de las lluvias fue menor.