Por Agroempresario.com
En un rincón remoto de la Patagonia, donde la estepa se encuentra con el cielo, el ingeniero agrónomo Roberto Iturburu ha revitalizado el legado ganadero familiar con un ambicioso proyecto: EstepAngus. Este innovador emprendimiento se encuentra en Esquel, provincia de Chubut, y marca un nuevo capítulo en la historia ganadera de la región, transformando la crianza del Angus en un entorno extremadamente desafiante.
Desde 1896, la familia Iturburu ha estado arraigada en la actividad ganadera en la Patagonia. Su tío bisabuelo fue el primer poblador de la zona, y hoy Roberto, como cuarta generación, lidera el establecimiento Don Blas. En una entrevista con La Nación, Iturburu relata cómo su abuelo comenzó con la crianza de Angus en los años 40, enfrentando desafíos significativos, como el transporte de reproductores desde Buenos Aires en el Trochita.
“Mi abuelo arrancó en los años 40 con el Angus, compraba los reproductores en la provincia de Buenos Aires, los trasladaba en el Trocha Ancha hasta ingeniero Jacobacci, de ahí los transbordar en el Trochita que estaba preparado para lo que era carga,” explica Iturburu, según La Nación. Sin embargo, la actividad enfrentó dificultades severas, especialmente durante la barrera sanitaria y la erupción de los volcanes El Chaltén y Puyehue en 2008, que llevaron a la familia a suspender la ganadería temporalmente.
No obstante, la pasión por el Angus nunca se extinguió. Hace dos años, Iturburu emprendió un proyecto de reintroducción de genética Angus, buscando líneas adaptadas a la dura estepa patagónica con menos de 100 mm de precipitaciones anuales. En la actualidad, con un rodeo de 120 vacas madres de pura sangre y pedigree, el proyecto produce alrededor de 30 toros al año, apuntando a comercializar toros para rodeos comerciales y mejorar el vigor híbrido de las cruzas continentales.
Uno de los mayores desafíos ha sido adaptar la nutrición del ganado. Iturburu implementó una obra de riego para plantar pasturas y alfalfa, cruciales para la suplementación invernal en una región con temperaturas extremas que varían de -14ºC en invierno a 43ºC en verano. "El primer objetivo del programa fue solucionar el tema nutricional," afirma Iturburu, en declaraciones recogidas por La Nación.
Además, el proyecto no solo busca fortalecer el ganado en la región, sino también exportar genética a otros países, con el fin de crear un genotipo de Angus que permita a los animales alcanzar un peso de terminación de 380 kg antes del segundo invierno. “Este rodeo busca un genotipo de Angus moderado,” explica Iturburu. “Queremos lograr un novillo que antes del segundo invierno tenga un peso de terminación alrededor de los 380 kilos.”
Con EstepAngus, Iturburu continúa el sueño de su antepasado Don Blas, adaptando la ganadería a las duras condiciones de la Patagonia y contribuyendo al desarrollo de la industria ganadera en la región. La pasión y el compromiso de la familia Iturburu se reflejan en cada aspecto del proyecto, demostrando que, incluso en los climas más extremos, el espíritu emprendedor puede prosperar.