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Por Agroempresario.com
El pan, uno de los alimentos más básicos y universales, puede perder su frescura en cuestión de horas si no se almacena correctamente. Aunque parece sencillo, conocer las mejores prácticas para conservarlo puede marcar la diferencia entre disfrutar de una pieza crujiente y tener que desecharla por deterioro prematuro.
Uno de los errores más comunes al almacenar pan es usar bolsas de plástico. Aunque estas bolsas son prácticas, no permiten el intercambio adecuado de aire y humedad, lo que resulta en un pan que pierde su textura crujiente y se vuelve blando y chicloso. Además, las bolsas de plástico crean un ambiente propenso al crecimiento de moho, acelerando el deterioro del pan.
El panadero holandés Joost Arijs explica que las bolsas de plástico no son ideales para conservar el pan, ya que pueden afectar negativamente su sabor y textura. En lugar de utilizar plástico, muchas panaderías optan por envolver el pan en papel, un método que permite que el producto “respire” y ayuda a mantener su corteza crujiente mientras retrasa la aparición de moho.
Para quienes desean conservar el pan por un periodo más prolongado, la congelación es la opción más efectiva. Según Javier Parada, ingeniero de alimentos, el pan puede mantenerse en el freezer hasta tres meses sin perder calidad. Es esencial guardarlo en una bolsa hermética y retirar todo el aire antes de sellarla para evitar la formación de hielo y la pérdida de textura. Claudia Narbona, académica en Nutrición y Dietética, recomienda un método casero de sellado al vacío que puede ser muy efectivo para quienes prefieren congelar su pan.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) confirma que el pan puede durar hasta tres meses en el freezer. Sin embargo, a temperatura ambiente su frescura se reduce a dos o cuatro días, y en la heladera puede durar entre siete y 14 días.
El consumo de pan en mal estado puede resultar perjudicial para la salud. El moho, que puede aparecer en colores como verde, blanco, amarillo o negro, no solo afecta el sabor y la apariencia del pan, sino que también puede causar malestares digestivos y reacciones alérgicas. Es crucial desechar el pan con moho, ya que las raíces del hongo pueden extenderse más allá de las áreas visibles y algunos tipos de moho producen micotoxinas que pueden ser tóxicas a largo plazo.
En resumen, para disfrutar del pan en su mejor estado, es fundamental almacenar el pan de manera adecuada. Optar por el uso de bolsas de papel o la congelación son métodos recomendables para mantener su frescura y calidad durante más tiempo.
