Arabia Saudita se prepara para aumentar la producción de petróleo a pesar de la caída de precios

Por Agroempresario.com

Arabia Saudita está en la cúspide de un cambio significativo en su política petrolera. El mayor exportador de petróleo del mundo ha decidido abandonar su objetivo de precios no oficial de u$s100 por barril, preparándose para aumentar su producción, lo que marca una resignación ante un período de precios más bajos para el petróleo. Este movimiento no solo refleja la realidad del mercado actual, sino también la necesidad del reino de mantener su cuota de mercado frente a competidores en un entorno de demanda incierta.

Las recientes proyecciones indican que la OPEP+, del cual Arabia Saudita es un miembro influyente, planea poner fin a los recortes de producción a principios de octubre. Sin embargo, la falta de consenso y la presión por parte de otros países productores han llevado a especulaciones sobre un aumento en la producción que podría estabilizar o incluso reducir los precios del crudo. Este mes, el precio del Brent, la referencia internacional, ha caído a menos de u$s70, su nivel más bajo desde diciembre de 2021, lo que ha generado preocupación sobre el futuro inmediato del mercado petrolero.

En medio de esta situación, las acciones de las principales compañías petroleras han sufrido una caída considerable. El Brent se desplomó un 3,5% en un solo día, cerrando a u$s70,87, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) cayó un 3,8% a u$s67,06. Las acciones de gigantes como BP, Shell y TotalEnergies también se vieron afectadas, reflejando el nerviosismo en el sector.

Arabia Saudita necesita que los precios del crudo se acerquen a los u$s100 por barril para equilibrar su presupuesto, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este equilibrio es esencial, ya que el príncipe heredero Mohammed bin Salman está en medio de un ambicioso programa de reformas económicas que incluye la financiación de megaproyectos. Sin embargo, el reino ha mostrado que tiene otras opciones de financiamiento para afrontar un posible período de precios bajos, incluyendo reservas de divisas y la emisión de deuda soberana.

En la última década, Arabia Saudita ha experimentado cambios drásticos en su estrategia petrolera. A partir de 2014, cuando el reino decidió aumentar su producción en respuesta a la caída de precios, Riad ha oscilado entre recortes y aumentos para maximizar sus ingresos. En los últimos dos años, ha reducido su producción en 2 millones de barriles diarios, representando más de un tercio de los recortes en el marco de la OPEP+. Sin embargo, el aumento de la oferta de países no pertenecientes a la OPEP, particularmente Estados Unidos, y un débil crecimiento de la demanda en China han limitado la efectividad de estas medidas.

Con la mirada puesta en el futuro, Arabia Saudita tiene planes para aumentar su producción mensual en 83.000 barriles diarios a partir de diciembre, lo que podría llevar a un incremento total de 1 millón de barriles diarios para diciembre de 2025. Sin embargo, el país también enfrenta el desafío de otros miembros de la OPEP que han ignorado los recortes, como Irak y Kazajstán, lo que complica la cohesión del grupo.

A medida que la situación en el mercado global continúa evolucionando, el papel de Arabia Saudita será crucial en la configuración de los precios del petróleo en los próximos meses. Con la presión interna y externa, el reino deberá navegar cuidadosamente entre la necesidad de mantener su cuota de mercado y su deseo de maximizar ingresos en un entorno cada vez más competitivo.