Por Agroempresario.com
Desde Japón, un mercado que Argentina ha anhelado conquistar para la venta de carne vacuna, llega una noticia alentadora: el Subcomité de Sanidad Pecuaria del Consejo de Alimentación, Agricultura y Política Rural, dependiente del ministerio agrícola japonés, ha comenzado la evaluación de los “riesgos relacionados con la importación de carne vacuna fresca de la región norte de Argentina, que se encuentra en la zona de vacunación contra la fiebre aftosa”. Este avance, que se discutió en la reunión del organismo japonés, representa un paso significativo en un proceso que había quedado estancado desde 2019.
A pesar de la cautela del gobierno de Javier Milei, los expertos interpretan esta evaluación como una señal de que Japón está reactivando un trámite crucial para abrir su mercado a las carnes argentinas. Aunque la Argentina ya exporta carne vacuna a Japón desde la Patagonia, donde la fiebre aftosa no es un problema, la posibilidad de ampliar las exportaciones desde el resto del país podría cambiar radicalmente el panorama comercial. Japón es el tercer mercado importador de carne vacuna del mundo, habiendo importado 702,000 toneladas en 2023, y representa una oportunidad significativa para Argentina, que actualmente se encuentra limitado en sus exportaciones.
Como señala el artículo de La Nación, “desde la región, Uruguay está haciendo un pie en Japón”, vendiendo en 2023 una cantidad considerable de carne, en comparación con las escasas 28 toneladas que logró colocar la Patagonia argentina por un total de 228,000 dólares. Este contexto resalta el potencial de Japón como un mercado de alto valor comercial, donde los precios que se pagan por los cortes son notablemente atractivos, alcanzando cifras que van desde 4,249 dólares por tonelada por recortes de troceo hasta 15,169 dólares por tonelada por el lomo.
Para poder exportar carne desde el norte de Argentina, se deben cumplir 15 pasos, y la evaluación actual representa el octavo paso. Aunque queda mucho por hacer, los siguientes pasos son considerados más simples, lo que infunde optimismo en el sector ganadero.
El gobierno argentino ha estado trabajando para facilitar la apertura de este mercado. “En julio pasado, Fernando Vilella, exsecretario de Bioeconomía, estuvo en Japón para argumentar que no había motivos para que se demorara la apertura”, menciona el artículo de La Nación. A este esfuerzo se sumaron reuniones en agosto entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y representantes del gobierno japonés, donde se discutieron temas relevantes, incluyendo la carne bovina, subrayando que Japón es uno de los principales importadores de carne en el mundo, con un valor total de 2,929 millones de dólares en 2023.
Japón es conocido por su alta exigencia en términos de calidad y trazabilidad del producto. A partir del próximo año, Argentina implementará la identificación electrónica obligatoria para cumplir con estas demandas y atender a este mercado potencial. “Japón es el mercado estrella de la carne mundial”, comenta Víctor Tonelli, consultor ganadero, “y penetrar en ese mercado implicaría acercarse al paraíso”, destaca la importancia de este paso para la industria.
No obstante, los altos aranceles de importación del 38% siguen siendo un obstáculo significativo. Según Diego Ponti, analista ganadero, “Japón es uno de los países que mejor paga la carne en el mundo, pero para entrar hay que sortear el alto arancel inicial de importación y las exigencias de trazabilidad del producto”.
En este escenario, las expectativas del sector son altas. El avance en las gestiones y la evaluación actual representan una oportunidad que podría transformar la presencia argentina en el mercado japonés. Como indicó la embajada japonesa en Argentina, “este asunto fue consultado por el Subcomité de Sanidad Ganadera, pero aún no tenemos información sobre los resultados”, dejando la puerta abierta a un futuro esperanzador para la carne vacuna argentina en Japón.