Por Agroempresario.com
En una reciente entrevista publicada en La Nación, Matías Perea, nieto de Ginés Perea, recuerda con nostalgia su infancia en el campo de Pilar, donde su abuelo se destacó como un productor avícola de renombre. El minicoliseo que Ginés construyó para exhibir ganado se ha convertido hoy en la sede de Picnic, un restaurante que revive las tradiciones familiares mientras celebra la rica gastronomía argentina.
"El sitio donde actualmente se encienden los fuegos del restaurante de campo Picnic albergó cuatro galpones de aves y la icónica cabaña donde se criaban vacas y ovejas", relata Matías. Esta conexión profunda con el pasado no solo se refleja en la arquitectura del lugar, que conserva un 90% de su impronta original, sino también en el menú que ofrece, el cual resalta ingredientes y sabores locales.
Matías recuerda que su abuelo, un inmigrante español llegado de Murcia, fue el precursor de la avicultura industrial en Argentina y uno de los más importantes de su época. "Entre otros hitos, mi abuelo fundó la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA)", destaca Matías, quien también menciona que Ginés fue socio de David Rockefeller en la explotación de pollos parrilleros. "El resultado fue que logró una inversión de un millón de dólares", agrega, describiendo la visión emprendedora de su abuelo.
La ambientación de Picnic es un homenaje a sus raíces, con elementos de cuero, madera y vajilla de barro que evocan las viejas tradiciones argentinas. “En el ingreso tenemos una instalación aérea con ingredientes que representan la base gastronómica local: trigo y avena”, dice Matías, quien busca brindar a sus comensales una experiencia que no solo alimenta, sino que también narra la historia de su familia.
El menú, que incluye desde carpaccio de lomo hasta exquisitas milanesas de gírgolas y ojo de bife a la chapa, refleja la herencia culinaria que Matías ha cultivado. "El disfrute de la sobremesa, los encuentros familiares, las comidas con amigos... son valores que heredé de mi abuelo", comparte.
La historia de Picnic no es solo la de un restaurante, sino la de un legado que vive a través de los sabores, recuerdos y pasiones de una familia. “Para mí es muy fuerte alquilar este lugar que representa tanto en mi propia historia familiar”, concluye Matías, recordando con cariño los momentos compartidos con su abuelo y el impacto que tuvo en su vida.
Este nuevo emprendimiento se convierte así en un punto de encuentro para quienes buscan saborear la tradición en un ambiente que respira historia y autenticidad.