De una idea nacida en redes a un millón de paquetes vendidos: cómo Yerba Cósmico se convirtió en un caso de negocio global

En Argentina, en apenas dos años, Yerba Mate Cósmico pasó de ser un proyecto incipiente sin estructura ni antecedentes en la industria a consolidarse como una de las marcas emergentes más exitosas del consumo masivo, con más de un millón de paquetes vendidos en 2025, presencia en todo el país y exportaciones a Estados Unidos, Europa y Australia, un fenómeno que refleja un nuevo modelo de construcción de marcas basado en comunidad, contenido y confianza. La información fue dada a conocer por El Economista, que siguió de cerca la evolución del emprendimiento.

La empresa fue fundada por Hernán Reggiardo, argentino, y Samantha Trottier, estadounidense, pareja y creadores de contenido que decidieron transformar su vínculo con el mate en un proyecto productivo. Sin contactos en el sector yerbatero, sin experiencia previa en distribución y sin presupuesto destinado a marketing tradicional, lanzaron su primer paquete de yerba hace apenas dos años. Hoy, el recorrido de Cósmico se analiza como un caso de estudio sobre cómo escalar una marca nacional desde las redes sociales hacia el mercado global.

El propio Reggiardo resumió el proceso en una publicación reciente. “Empezamos esto de cero. Solo Samantha y yo, sin ningún conocimiento de distribución y sin ningún contacto en la industria”, escribió, según consignó El Economista. La frase sintetiza el punto de partida de un proyecto que desafió las lógicas históricas del sector.

Durante 2025, Yerba Cósmico alcanzó hitos que la posicionan entre las marcas jóvenes de mayor crecimiento en el rubro. La empresa superó los 1.300 puntos de venta en todas las provincias argentinas, con presencia en grandes cadenas como Coto, Carrefour, Jumbo, Makro, La Anónima y Vital, además de plataformas de comercio electrónico y delivery como PedidosYa y Rappi. A eso se sumó la apertura de su primera tienda pop-up, denominada Matería Móvil, y una colaboración comercial con El Estanciero, una de las marcas históricas del mercado.

El crecimiento no se limitó al mercado interno. En el mismo período, Cósmico concretó exportaciones a tres continentes, consolidando su desembarco en Estados Unidos, Europa y Australia, impulsada en gran parte por la visibilidad internacional que la marca ya tenía en redes sociales antes de formalizar su expansión comercial.

En términos de producto, la compañía se posicionó desde el inicio como una yerba mate premium, sin TACC, con bajo contenido de polvo, producción 100% en Misiones y un proceso de estacionamiento de un año. El diferencial no estuvo solo en la calidad, sino también en la estética del envase y en una comunicación que rompió con los códigos tradicionales del sector yerbatero.

Durante 2025, la firma amplió su portafolio con el lanzamiento de saquitos de mate cocido compostables, elaborados con materiales de origen vegetal y libres de plásticos derivados del petróleo, reforzando una narrativa de sustentabilidad que se volvió parte central de su identidad de marca.

Sin embargo, el eje del fenómeno Cósmico no se explica únicamente por el producto. Según el análisis publicado por El Economista, uno de los principales activos construidos por la empresa fue una comunidad digital activa, que funcionó como motor de crecimiento, canal de validación de decisiones y espacio de fidelización. La marca se convirtió en la yerba mate con mayor cantidad de seguidores en redes sociales, un dato inusual para una categoría históricamente asociada a estrategias tradicionales de comercialización.

El enfoque elegido priorizó el contenido antes que la venta, con los fundadores como rostro visible permanente del proyecto. Desde el origen de la yerba en Misiones hasta los procesos de envasado y distribución, Cósmico optó por mostrar el detrás de escena y transparentar cada etapa del negocio. Ese vínculo directo con el público permitió, además, tomar decisiones participativas, como lanzamientos de productos o cambios de formato, validados previamente con su audiencia.

Otro elemento distintivo fue la decisión de no tercerizar la comunicación. La marca desarrolló su marketing de manera interna, sin agencias externas ni intermediarios, manteniendo una voz coherente y reconocible. Incluso las polémicas y críticas recibidas en redes fueron integradas como parte de la conversación, funcionando en muchos casos como amplificadores del alcance y reforzando la fidelidad de su comunidad.

Desde el punto de vista del negocio, el caso Cósmico también refleja un cambio más amplio en el ecosistema emprendedor. La experiencia demuestra que los creadores de contenido pueden transformarse en constructores de marcas de consumo masivo, sin necesidad de inversiones millonarias en publicidad, siempre que logren sostener una propuesta de valor clara y un vínculo emocional genuino con su público.

En este sentido, Yerba Cósmico no solo vende yerba mate. La empresa se posiciona como impulsora de una nueva categoría de infusiones con identidad, donde el producto es solo una parte de una experiencia más amplia que incluye valores, estética, participación y sentido de pertenencia.

A dos años de su primer paquete vendido, la marca cerró 2025 con resultados que superaron ampliamente las expectativas iniciales y con una proyección internacional en plena expansión. Según el análisis de El Economista, el recorrido de Sam y Hernán confirma una tendencia creciente en el mercado: la confianza, la identidad y la comunidad pueden ser más determinantes que la pauta publicitaria para construir marcas sostenibles en el tiempo.

Con exportaciones en marcha, nuevos productos en desarrollo y una comunidad que trasciende fronteras, Yerba Cósmico se consolida como uno de los casos más representativos de la transformación del consumo masivo argentino en la era digital. A dos años de su lanzamiento, el recorrido de la marca confirma que, en un mercado cada vez más competitivo, la construcción de identidad, la confianza y el vínculo directo con el público pueden convertirse en activos estratégicos tan relevantes como la escala o la inversión publicitaria.