Proyecciones agrícolas 2024/25: un crecimiento que decepciona las expectativas

Por Agroempresario.com

En una reciente nota publicada en La Nación, se presentaron las primeras proyecciones de la campaña agrícola 2024/25 muestran una respuesta del sector agropecuario que, aunque positiva, resulta ser mucho más cauta de lo que se esperaba tras el cambio de gestión en diciembre del año pasado. Las cifras presentadas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en el lanzamiento de la campaña gruesa revelan un incremento del 2,6% en la cosecha total, alcanzando 130 millones de toneladas, y un aumento del 2% en el área sembrada, que se situará en 35,8 millones de hectáreas. Sin embargo, estas cifras contrastan con las altas expectativas generadas a comienzos del mandato de Javier Milei, quien prometió un giro de 180 grados en la política agropecuaria del país.

En términos económicos, las proyecciones indican que las exportaciones generarán ingresos por US$28.793 millones, lo que representa una caída del 3,1% en comparación con el ciclo pasado. Además, la recaudación fiscal alcanzará los US$13.950 millones, con una baja de 3,7%, mientras que el producto bruto agroindustrial presentará una merma de 2,2%, totalizando US$40.890 millones. El primer gran condicionante que aparece en este panorama es la disminución de los precios internacionales, un fenómeno que, aunque no puede atribuirse a la actual administración, ha impactado de manera directa en las proyecciones del sector.

El clima de incertidumbre se ve acentuado por la propagación de la chicharrita, una plaga que ha afectado negativamente la cosecha de maíz. Esto ha llevado a un incremento proyectado del 9,8% en la superficie sembrada de soja, mientras que la superficie destinada al maíz disminuirá en un 5,1%. 

Sin embargo, el factor más preocupante radica en la presión impositiva sobre el agro y las distorsiones macroeconómicas. Según un estudio de la Fundación Mediterránea, la carga tributaria sobre los productores agrícolas podría aumentar hacia finales del año, llegando hasta el 67% en la zona núcleo y hasta el 92% en la zona extrapampeana. La Fundación Argentina para el Desarrollo Agropecuario (FADA) también ha señalado que la proporción de ingresos que el Estado toma de la renta agrícola ha crecido en los últimos tres meses, alcanzando el 61,5%.

El Gobierno ha sostenido que abordará las distorsiones macroeconómicas y la presión tributaria una vez que logre estabilizar el déficit fiscal. Sin embargo, no hay claridad sobre cuándo se lograrán estos objetivos, lo que deja al sector agropecuario en una situación de incertidumbre. A pesar de que algunos actores económicos elogian la insistencia del Gobierno en mantener un superávit fiscal, es notable la falta de estudios serios sobre esquemas alternativos que permitan aliviar la presión fiscal, como la posible devolución de Derechos de Exportación (DEX) mediante un impuesto.

En este contexto, las expectativas de que el agro encabece la recuperación de la economía parecen cada vez más distantes. Mientras el país enfrenta discusiones sobre la Agenda 2030 y otros temas globales, la realidad del sector agropecuario continúa mostrando cifras que no alcanzan a responder a las esperanzas generadas en el pasado reciente.