Por Agroempresario.com
La industria azucarera argentina se encuentra en un proceso de transformación inspirado en el exitoso modelo brasileño, con el objetivo de convertirse en una de las economías regionales más significativas del país. Este crecimiento se sustenta en la diversificación productiva, con un enfoque cada vez más fuerte en el segmento energético.
Para lograr este ambicioso objetivo, los líderes del sector esperan la aprobación en las próximas semanas de una nueva variante transgénica que han desarrollado durante la última década. Esta innovación permitirá cultivar caña de azúcar en zonas con menores precipitaciones. Jorge Rocchia Ferro, presidente de la Compañía Azucarera Los Balcanes, uno de los actores más grandes del sector, afirma: "La tenemos a la vuelta de la esquina. Estimamos que no pasará de un mes o 60 días para su aprobación. Es resistente al glifosato y a la sequía, y hemos firmado acuerdos con Brasil para desarrollar caña resistente a las heladas y a la diatraea".
Con esta variante, la industria azucarera podría extender su frontera agrícola "más del doble y aportar unos 2.000 millones de dólares a Tucumán". Rocchia Ferro destaca que Brasil ha planificado este tipo de iniciativas y hoy se posiciona como el mayor productor mundial de azúcar. "Desde el año pasado incorporamos 20 mil hectáreas y podemos sumar 10 mil más por año", afirma.
Un componente clave de este plan es la diversificación en el uso de la caña de azúcar, reduciendo la dependencia del mercado alimenticio, que puede provocar una presión a la baja en los precios ante una sobreoferta del producto. En este sentido, la producción de bioetanol se erige como uno de los pilares de la estrategia, que se mezcla con nafta en un corte del 6% para el bioetanol de caña y otro 6% para el de maíz.
A pesar de que este biocombustible ha estado presente en el mercado argentino durante años, ha enfrentado diversas crisis en la última década, atribuibles a constantes cambios en las regulaciones gubernamentales. "Actualmente contamos con una ley que establece una fórmula polinómica que no se está cumpliendo. Nos pagan unos 657 pesos por litro, cuando debería estar por encima de los 900", comenta Rocchia Ferro.
Los productores del sector subrayan que los precios actuales no permiten cubrir los costos mínimos y solicitan un aumento a "por lo menos" 720 pesos el litro, un valor basado en el proyecto de Ley de Biocombustibles que se discute en las provincias productoras y que busca ser aprobado en el Congreso este año.
La nueva normativa eliminaría el poder de la Secretaría de Energía para fijar precios, que se establecerían a partir de licitaciones entre los actores de la cadena. Además, se incrementaría progresivamente el porcentaje de corte y se abriría el acceso a otros jugadores, como las petroleras, al mercado.
El gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo, expresó: "Ojalá podamos ponernos de acuerdo en una nueva ley que brinde equilibrio a las provincias productoras. Aspiramos a que se establezcan reglas claras para que todos podamos competir en igualdad de condiciones".
En el ámbito de la generación de energía, la industria azucarera también avanza en el uso de residuos del proceso de producción para generar energía eléctrica renovable. Este lunes, se inauguró el cuarto proyecto de cogeneración con biomasa a partir del bagazo de caña de azúcar en el país. Tras extraer el jugo de la caña, la fibra seca se tritura y se transporta a calderas para incinerarse. El vapor generado impulsa turbogeneradores que producen unos 20 MW de energía eléctrica, satisfaciendo las necesidades energéticas de la planta y enviando el excedente al sistema interconectado nacional, equivalente al consumo de 17.000 familias.
"Todo lo que generemos como ingresos adicionales será replicado por el sector. Ledesma ya está en un proyecto similar, y Tabacal y Concepción también están avanzando en esta dirección", concluye Rocchia Ferro.