París es una ciudad que forma parte del imaginario de casi todo el mundo, ya sea por sus innumerables apariciones en películas, series famosas o canciones románticas. Durante siglos, ha sido una de las ciudades más importantes y atractivas del mundo por su arquitectura, gastronomía, moda, arte, literatura y cine, señala la Enciclopedia Britannica.
Si vas a visitar París, vale la pena tener en cuenta al menos tres lugares históricos imprescindibles de la capital francesa. Descúbrelos:
El imponente Arco del Triunfo se alza en medio de la plaza Charles de Gaulle (también conocida como Place de l'Étoile). Esta es circular y de ella parten 12 de las principales avenidas de la ciudad, lo que genera la forma de Arco del Triunfo (étoile), por este motivo, el monumento también se conoce como Arco del Triunfo de la Estrella.
Se considera un símbolo de la identidad nacional francesa, asegura la plataforma informativa, hasta el punto de que los habitantes locales celebran los grandes momentos a su alrededor, como cuando la selección francesa masculina de fútbol ganó el mundial de 2018 y donde se hace la cuenta regresiva en la fiesta de Nochevieja para la llegada de cada Año Nuevo.
El enorme monumento histórico tardó 30 años en construirse, ya que comenzó a elevarse el 15 de agosto de 1806, coincidiendo con la fecha de nacimiento de Napoleón a instancias del propio emperador. Pero las obras avanzaron muy lentamente a lo largo de los años y se ralentizaron aún más tras la caída de Napoleón y la restauración de la dinastía borbónica.
El Arco del Triunfo no se terminó hasta 1836, bajo el reinado de Luis Felipe, que lo inauguró oficialmente el 29 de julio.
El arco, diseñado por el arquitecto Jean-François-Thérèse Chalgrin, mide 50 metros de alto y 45 de ancho y es de estilo neoclásico, inspirado en parte en el Arco de Tito del Foro Romano (situado en Roma, Italia).
Actualmente se puede hacer un recorrido completo por el Arco del Triunfo, desde el mirador de la cima hasta el museo de abajo, que cuenta toda la historia del monumento. En la planta baja se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido de Francia, colocada allí en 1921, según la enciclopedia.
El Panteón de París comenzó a construirse en 1757 por el arquitecto Jacques-Germain Soufflot para ser la Iglesia de Sainte-Geneviève y sustituir a una iglesia mucho más antigua de ese nombre que se había erigido anteriormente en el mismo lugar.
Sin embargo, durante la Revolución Francesa el espacio dejó de ser una iglesia y se dedicó a la memoria de grandes figuras nacionales, recibiendo el nombre de Panteón. Su diseño es de estilo neoclásico, con una cúpula alta y otras más bajas en los cuatro brazos de su forma de cruz. La fachada, como la del Panteón de Roma (más antigua y situada en la capital italiana), está formada por un pórtico de columnas, describe la Enciclopedia.
El interior está decorado con mosaicos y pinturas de escenas de la historia de Francia. También hay esculturas de Pierre-Jean David d'Angers de patriotas posrevolucionarios. El Panteón pasó por diferentes fases durante el siglo XIX, sirviendo de nuevo como iglesia de 1828 a 1830 y de 1851 a 1870.
En la actualidad es un edificio histórico abierto a los turistas y el lugar donde están enterrados grandes ciudadanos franceses, como los escritores Voltaire, Èmile Zola y Victor Hugo, el filósofo Jean-Jacques Rousseau y la física y química Marie Curie.
La Basílica del Sagrado Corazón (Basilique du Sacré-Cœur en francés) es una iglesia católica romana y el monumento más notable del barrio de Montmartre, una de las zonas más famosas de París. Está situada en una pequeña colina con vistas a gran parte de la ciudad.
La iglesia del Sacre Coeur se inauguró en 1919 y no es un monumento tan antiguo, pero sí uno de los más imponentes y visitados de París. Su construcción comenzó en 1876, pero se retrasó por la muerte de su arquitecto, Paul Abadie, que se inspiró en las iglesias románicas de cinco cúpulas, como las venecianas o bizantinas.
Es una enorme basílica de impresionante belleza, con una escalera monumental y una gran plaza llamada Square Louise-Michel, con hermosos jardines bajo la entrada de la iglesia. Para acceder a la basílica hay que subir las escaleras o tomar el único funicular de París, un paseo único e imperdible que permite disfrutar de una amplia vista de la ciudad.
La visita a la basílica es gratuita y está abierta todos los días de 6:30 a 22:30, según el sitio oficial de la iglesia. Una advertencia importante: está prohibido hacer fotografías en la parte central de la iglesia.
National Geographic