Los carnavales llenan de color las calles de las diversas ciudades donde se realizan. Aunque cada uno presenta diferencias de acuerdo al país o la localidad donde se realiza, todos ellos se caracterizan por ser un momento de alegría.
Entre los más destacados se encuentran aquellos que forman parte de la Lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés). Conoce cuáles de ellos se encuentran en Latinoamérica.
Este festival tiene lugar en el estado brasileño de Pernambuco. Su principal característica es la gran diversidad de estilos, señala Karla Santos de Oliveira, maestra en antropología de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE) y especialista en cultura pernambucana, en un artículo de National Geographic Brasil.
Uno de sus puntos más importantes es el frevo, una expresión artística que comprende música y danza. Esta manifestación destaca por un ritmo rápido, frenético y vigoroso y fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2012.
La música de frevo es ejecutada por bandas de música militares y charangas (grupos musicales) y se basa en la fusión de géneros como la marcha, el tango brasileño, la contradanza, la polka y piezas de música clásica, explica la organización mundial. En tanto, la danza que la acompaña se llama passo y, al igual que la música, es dinámica.
El carnaval de Oruro se desarrolla anualmente durante seis días en esa zona montañosa del oeste boliviano y fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial en 2001.
Durante el evento, refiere la organización, se despliega una gama de artes populares en forma de máscaras, tejidos y bordados. Sin embargo, el principal acontecimiento del carnaval es la entrada o procesión durante la cual los bailarines recorren durante veinte horas, sin interrupción, las calles de Oruro.
De acuerdo con el organismo de las Naciones Unidas, en el desfile participan más de 28 000 bailarines y 10 000 músicos repartidos en cincuenta grupos, aproximadamente.
Según explica la Unesco, las raíces del carnaval datan de la época precolombina ya que, antes de ser refundada por los españoles y convertirse en un centro minero, Oruro era un importante centro de ceremonias y un lugar sagrado para el pueblo indígena Uru.
Este carnaval, que presenta un repertorio de danzas y expresiones culturales, se desarrolla durante los cuatro días previos al inicio de la Cuaresma. Se realiza en la ciudad de Barranquilla, un lugar de convergencia de diversos pueblos y culturas.
Según refiere la Unesco, el carnaval es resultado del mestizaje y la comunión de diversas tradiciones. Esto se vislumbra en los bailes, como el mico (originario de las Américas) el congo africano, o el paloteo de origen español; en los géneros musicales, principalmente la cumbia; y los instrumentos populares, como las maracas.
Además de bailarines, hay grupos de actores, cantantes e instrumentistas que deleitan a las multitudes con sus representaciones teatrales y musicales inspiradas en acontecimientos históricos y actuales.
El Carnaval de Barranquilla capta el interés de personas de diferentes partes del mundo. Debido a su importancia fue proclamado patrimonio inmaterial en 2003.
Otro carnaval que destaca es el de Negros y Blancos, que integra la lista del Patrimonio desde el año 2009. El evento festivo se desarrolla cada año entre el 28 de diciembre y el 6 de enero en San Juan de Pasto, al sudoeste de Colombia.
Surge de tradiciones nativas andinas e hispánicas y tiene actividades específicas cada día. Por ejemplo, durante el primer día de las festividades se celebra el Carnaval del Agua durante el cual se rocían calles y casas, señala la Unesco.
El 31 de diciembre se realiza el Desfile de Años Viejos, en el cual las comparsas recorren las calles con monigotes satíricos representativos de personalidades de la actualidad.
No obstante, las jornadas más importantes del carnaval son las dos últimas. Durante estos días todos los participantes, sea cual sea su etnia, se maquillan de negro el primer día y de blanco el segundo para simbolizar la igualdad y unir a todos los ciudadanos en una celebración común.
El carnaval de El Callao es una práctica cultural de las comunidades de esa ciudad venezolana. Guarda relación con los festejos de emancipación llamados Cannes Brulées, que tienen lugar en las Antillas de habla francesa.
El suceso se realiza de enero a marzo y pone de relieve la historia de los habitantes de la ciudad y su diversidad. A su vez, asegura el organismo de las Naciones Unidas, fortalece la identidad de los callaoenses, propicia su unidad y contribuye a transmitir el patrimonio cultural.
Durante el carnaval los participantes se disfrazan de personajes históricos o imaginarios al ritmo del calipso y otras músicas y danzas. Las encargadas de conducir los desfiles son las llamadas “madamas”, mujeres antillanas que se consideran auténticos pilares de la identidad callaoense por ser consideradas portadoras y comunicadoras de los valores culturales de la comunidad.
Otros personajes que desfilan son los “mediopintos”, jóvenes que divierten al público embadurnando con hollín a los que se niegan a contribuir con un óbolo (dinero); los “mineros”; y los “diablos”.
Por su importancia, el Carnaval de El Callao fue inscrito en 2016 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
National Geographic