Desafíos de la agroindustria argentina en el mercado chino

Por Agroempresario.com

En una reciente nota publicada en La Nación, el presidente Javier Milei destacó que China es “un socio comercial muy interesante” para Argentina, sugiriendo que “no exigen nada, solo que no los molesten”. Sin embargo, esta percepción optimista contrasta con la realidad que enfrentan los exportadores argentinos, quienes lidian con múltiples complicaciones que obstaculizan el ingreso de productos agroindustriales al país asiático.

Desde restricciones sanitarias hasta demoras burocráticas, China ha ralentizado la importación de productos como pollo, menudencias bovinas y porcinas, pellets de girasol y porotos negros. La avicultura, en particular, ha sido severamente afectada. A principios de 2023, el brote de gripe aviar en Argentina cerró el mercado chino, que representaba unos US$160 millones para los exportadores de carne de pollo. Aunque en agosto de 2023, la Organización Mundial de la Sanidad Animal restableció a Argentina el estatus de país libre de influenza aviar, la reapertura del mercado sigue sin materializarse.

Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), expresó su optimismo, afirmando que tras la reciente auditoría realizada en el país y la reactivación de las exportaciones avícolas desde Chile, “las lógicas dirían que estaríamos próximos a que nos rehabilitarán a nosotros” (La Nación). Sin embargo, la respuesta del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a un informe de auditoría de la Embajada en China, que incluye medidas adicionales requeridas, debe ser presentada antes del 31 de octubre. En el sector avícola, se estima que la pérdida de ingresos por el cierre del mercado y las demoras administrativas asciende a unos US$300 millones entre 2023 y 2024.

Las expectativas también son altas entre los frigoríficos de carne vacuna, que aún aguardan la habilitación del protocolo para exportar menudencias bovinas, un producto de alto consumo en China. “Estamos expectantes”, afirmó Domenech, mencionando la próxima feria comercial CIIE (China International Import Expo 2024) en noviembre, donde se espera que la delegación argentina logre avanzar en las negociaciones sobre el certificado sanitario.

La industria frigorífica enfrenta además la preocupación de la baja de precios en el mercado chino. En 2023, Argentina generó alrededor de US$2900 millones en divisas por sus exportaciones de carne, de las cuales el 70% provino del mercado chino. Sin embargo, la situación actual, con precios de la tonelada en US$4200 y contratos anteriores más bajos, ha generado inquietud entre los productores.

La situación se complica aún más para el sector porcino, que aguarda la firma de un protocolo sanitario para la exportación de menudencias, y para los exportadores de granos, que aún esperan la autorización de china para productos como los porotos negros y los pellets de girasol. 

Además, las restricciones en la importación de soja y sus derivados, donde China solo permite la entrada de poroto de soja, reflejan una tendencia que podría perjudicar aún más a los productos con valor agregado. La falta de licencias para importar harina de soja, a pesar de que su apertura se realizó hace tres años, y la reciente aprobación de protocolos para el maíz, que aún no se han concretado en embarques, revelan la complejidad del mercado.

Estas dificultades reflejan una renuencia por parte de China hacia productos argentinos y pueden estar influenciadas por las tensiones en las relaciones bilaterales, que se intensificaron a principios de 2024. La agroindustria argentina enfrenta, por tanto, un desafío considerable para consolidar su posición en uno de los mercados más prometedores a nivel global.