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Por Agroempresario.com
El último informe de la Red Nacional de Monitoreo ha dado a conocer un alivio importante para la producción maicera de la campaña 2024/25. Según los datos recogidos entre el 18 de septiembre y el 4 de octubre, se reportó una reducción significativa en la población de Dalbulus maidis, más conocida como “chicharrita”, en las principales regiones productivas de Argentina y Uruguay. Este descenso es especialmente notable en zonas que habían enfrentado altos niveles de la plaga durante la campaña anterior, como el NOA y el centro-norte de Argentina.
El informe, basado en el monitoreo de 443 localidades, revela que en el 99% de las áreas relevadas se detectaron menos de cinco ejemplares de “chicharritas” por trampa, y en muchas de ellas, la presencia fue directamente nula. Sin embargo, los especialistas advierten que, a pesar de estas cifras alentadoras, el control y monitoreo deben mantenerse como prioridad para prevenir futuros incrementos de la plaga, especialmente durante la siembra y desarrollo del maíz.
La Red Nacional de Monitoreo, impulsada por instituciones como AAPPCE, AAPRESID, CASAFE y el INTA, subrayó la importancia de llevar adelante un Manejo Integrado de Plagas (MIP), con el monitoreo constante de los cultivos como la principal herramienta estratégica. Este manejo integral es clave para optimizar los rendimientos y minimizar el impacto de plagas en el maíz, una de las producciones más relevantes para la economía agropecuaria argentina.
Si bien los datos reflejan una tendencia positiva, el informe también destaca que los cambios climáticos, como las oscilaciones térmicas y la sequía, podrían afectar el comportamiento de las “chicharritas” en los próximos meses. Además, el acceso de la plaga a los cultivos de maíz guacho, o voluntario, podría generar un repunte de las poblaciones en regiones donde las lluvias recientes favorecieron el crecimiento de estos cultivos no planificados.
En este contexto, es fundamental que los productores eliminen los maíces guachos y estén preparados para intensificar las medidas de control del vector si fuera necesario. La detección temprana y el monitoreo periódico son esenciales para anticiparse a la proliferación de la plaga y proteger la producción.
El informe también aclara que no todas las “chicharritas” capturadas durante el relevamiento pertenecen a la especie Dalbulus maidis, la única capaz de transmitir el complejo de achaparramiento del maíz, por lo que se recomienda consultar con entomólogos o instituciones especializadas ante cualquier duda sobre la identificación correcta de estas especies.
A pesar de las buenas noticias, las instituciones agropecuarias enfatizan que la clave del éxito para la próxima campaña estará en la prevención y monitoreo continuo, asegurando que la reducción actual de la plaga se mantenga y no afecte los rendimientos de los productores maiceros en Argentina y Uruguay.
