Por Agroempresario.com
El reciente 7° informe de la Red Nacional de Monitoreo Dalbulus maidis, que abarcó 426 localidades entre el 22 de octubre y el 8 de noviembre, destacó que casi el 90% de las áreas monitoreadas en Argentina no presentaron presencia de la plaga. Asimismo, la ausencia de la chicharrita en el 100% de las localidades de Uruguay reafirma la tendencia. Sin embargo, en ciertas regiones endémicas del NOA, NEA y Litoral, se detectaron focos que requieren acción inmediata para evitar su proliferación.
En las zonas Centro Norte y Centro Sur de Argentina, el 95% de las localidades mostraron resultados favorables, sin presencia del insecto incluso en áreas donde ya se ha implantado maíz. Los casos en que se registraron avistamientos fueron mínimos, con apenas uno o dos insectos por trampa, lo que sugiere una baja densidad.
Alejandro Vera, investigador de la Sección Zoología Agrícola de la EEAOC, explicó que la aparición de focos está asociada a la presencia de maíces voluntarios o guachos que ya alcanzaron el nivel fenológico V6 desde agosto. En estas áreas es vital implementar medidas de manejo, como la eliminación del maíz guacho, y considerar alternativas de control si es necesario.
Augusto Casmuz, también de la EEAOC, subrayó que, a diferencia del año anterior, los niveles actuales de Dalbulus maidis son significativamente más bajos. Sin embargo, reconoció que en las zonas del norte, donde la plaga es endémica y permanece todo el año, el monitoreo debe mantenerse constante.
El aumento reciente de las temperaturas ha incrementado la aparición de cicadélidos en general, lo que puede llevar a confusiones. No todas las chicharritas corresponden a la especie Dalbulus maidis, que es la responsable de transmitir el achaparramiento del maíz. Por ello, los expertos sugieren realizar una identificación taxonómica precisa con un entomólogo en caso de dudas, para evitar sobreestimaciones que puedan desencadenar respuestas inadecuadas.
Actuar con rapidez en las áreas donde se han detectado focos es fundamental para proteger la producción de maíz y mitigar los riesgos asociados a esta plaga.