Por Agroempresario.com
En una reciente nota de opinión publicada en La Nación, Eduardo Plasencia, ingeniero y consultor del gobierno de EE. UU., expone la preocupante situación del sistema de carreteras en Argentina. Plasencia, quien fue coordinador de Gestión de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) durante la administración de Mauricio Macri, argumenta que las raíces del decadente estado de las rutas argentinas se encuentran en la precariedad de los marcos legales e institucionales, lo que ha llevado a un estancamiento en la construcción y mantenimiento de la red vial.
Desde la creación de la Red Vial Nacional en 1932, Argentina ha logrado construir 60.000 kilómetros de rutas; sin embargo, en las últimas décadas, el avance ha sido escaso. "Tardamos 40 años en construir 3,300 kilómetros de autovías y autopistas, apenas un 3.5% de todas las rutas pavimentadas", señala Plasencia, al tiempo que compara esta cifra con la de Chile, donde el 12% de las rutas están asfaltadas. La falta de infraestructura adecuada se traduce en pérdidas constantes para la vida y la economía del país, afectando especialmente a los 4,000 kilómetros de rutas que deberían estar duplicados.
El ingeniero también critica la ineficiencia del gasto en infraestructura, advirtiendo que muchos proyectos no ven el progreso necesario y que los fondos destinados a la construcción y mantenimiento de rutas son mal gestionados. "La máxima del Gobierno de Javier Milei es que el Estado Nacional no haga nada que no sea su estricto mandato constitucional", destaca Plasencia, añadiendo que, aunque la conectividad está en esa lista, no necesariamente implica la gestión activa de las obras.
La falta de un marco regulatorio adecuado ha permitido abusos en el uso de recursos, desviando miles de millones de dólares hacia obras provinciales y municipales que no cumplen con el interés nacional. Según Plasencia, "los vacíos en las leyes y la falta de reglas permitieron abusar de los estatutos de Vialidad Nacional". Esto, sumado a la debilidad de los entes de control y la falta de innovación en los procesos de construcción, contribuye al deterioro de la infraestructura vial.
Para revertir esta situación, Plasencia propone una reestructuración del sistema vial que permita a las provincias asumir un papel más activo en el diseño, construcción y mantenimiento de rutas, liberando a la Vialidad Nacional de esta carga. "Una Vialidad Nacional que delegue en las provincias la pesada carga de diseñar, construir, controlar y mantener las rutas agilizaría muchísimo la búsqueda de soluciones que necesitamos", asegura.
En un contexto donde la planificación y gestión eficiente de la infraestructura son más cruciales que nunca, la nota de Plasencia plantea un llamado a la acción urgente. Las reformas propuestas deberían ser una prioridad para el futuro del país, garantizando no solo la conectividad, sino también la seguridad y calidad de vida de los argentinos.