Por Agroempresario.com
La industria láctea argentina empieza a mostrar señales de recuperación después de atravesar una prolongada crisis que dejó más de 33 meses de resultados negativos. Según datos recientes, se prevé que la producción cierre el año con una disminución del 7%, frente a los 11.325,6 millones de litros producidos en 2023. Sin embargo, gracias a una mayor certidumbre en el mercado y condiciones favorables entre el costo del maíz y la leche, el sector comienza a recuperarse lentamente.
De acuerdo con Ezequiel De Freijo, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), las intervenciones del gobierno anterior, como los controles de precios y restricciones a las exportaciones, deterioraron la rentabilidad del sector. “El sesgo antiexportador limitó nuestras oportunidades, en un contexto donde la exportación de productos lácteos es clave para evitar la sobreoferta en el mercado interno”, explicó.
A pesar de las dificultades, las exportaciones del sector mostraron un crecimiento del 13% entre enero y agosto de 2024. Esta alza en las ventas al exterior ha permitido a los productores sostenerse en un escenario interno aún debilitado por la caída del poder adquisitivo, afectando productos como yogures y postres. No obstante, los precios internacionales han sido un alivio para mantener la competitividad del sector en los mercados internacionales.
Con la eliminación definitiva de las retenciones y un mercado más libre, los tambos han encontrado un respiro. De Freijo señaló que este escenario es “único en los últimos 20 años”, ya que las exportaciones no enfrentan barreras, y los precios en el mercado interno no están intervenidos. Esta apertura ha permitido a las industrias mejorar sus pagos a los productores, lo que se refleja en una leve mejora de la producción diaria desde agosto.
Sin embargo, el sector sigue enfrentando retos importantes. La sequía ha afectado la producción de forrajes en regiones clave como Córdoba y Santa Fe, lo que limita la disponibilidad de alimentos para el ganado. Además, plagas como la chicharrita también han impactado negativamente en los cultivos destinados al forraje.
Entre los productos que han impulsado las exportaciones se destaca la leche en polvo, cuya venta aumentó un 13%, alcanzando las 73.300 toneladas. Los quesos, particularmente la mozzarella, también mostraron un crecimiento significativo, incrementando un 26% en volumen. En total, las exportaciones de productos lácteos alcanzaron los 1680 millones de litros equivalentes, representando el 26% de la producción nacional.
Si bien la recuperación del sector lácteo es incipiente, los especialistas coinciden en que será clave monitorear la producción de leche destinada a la elaboración de quesos para mantener la oferta en el mercado durante los meses de mayor demanda. Además, el poder adquisitivo de los consumidores locales será determinante para revitalizar el consumo interno de productos lácteos.
En resumen, el sector lechero en Argentina se enfrenta a una transición hacia la recuperación, impulsada por un mercado más libre y un contexto internacional favorable. Sin embargo, los desafíos climáticos y económicos locales continúan siendo una barrera importante que los productores deberán superar en los próximos meses.