Por Agroempresario.com
El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Juan Cruz Molina Hafford, presentó su renuncia al cargo, citando fuertes presiones del Ministerio de Economía para implementar un ambicioso plan de retiros voluntarios. De los 900 retiros previstos, solo se habían alcanzado 250, situación que habría acelerado su salida.
En una carta dirigida al ministro de Economía, Luis Caputo, Molina expresó su agradecimiento al Consejo Directivo del organismo y a su equipo, destacando los avances logrados durante su gestión. Sin embargo, su partida genera incertidumbre en un contexto donde el INTA enfrenta desafíos clave relacionados con la innovación tecnológica y la sustentabilidad agropecuaria.
Molina Hafford, ingeniero agrónomo con experiencia en agronegocios, lideró varios proyectos de desarrollo sostenible para mejorar las prácticas productivas del sector rural. Durante su gestión, impulsó herramientas de apoyo a los productores y fortaleció el vínculo del INTA con los desafíos del mercado global, desde la adopción de buenas prácticas agropecuarias (BPA) hasta el fomento de nuevas tecnologías.
A pesar de su renuncia, el exfuncionario dejó claro en su comunicado que seguirá disponible para colaborar con el Ministerio de Economía y el presidente de la Nación en futuras iniciativas.
Tras la salida de Molina, la vicepresidenta del INTA, Beatriz “Pilu” Giraudo, asumirá la responsabilidad de liderar la transición. Está prevista una reunión clave con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, para definir la dirección futura del organismo y el plan estratégico para enfrentar los desafíos agroindustriales.
La renuncia de Molina se da en un contexto de alta tensión interna, con la necesidad urgente de redefinir las prioridades del INTA en términos de productividad e innovación. A esto se suma la presión por adaptarse a nuevas exigencias fiscales mientras el sector agropecuario sigue buscando mayor eficiencia y competitividad en un escenario de cambios constantes.
Antes de asumir la presidencia del INTA en 2018, Molina Hafford se desempeñó como secretario de Agricultura y Ganadería de Córdoba (2011-2018), donde fue uno de los impulsores del programa de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA). Además, tiene trayectoria como productor agropecuario y miembro del Movimiento CREA en el centro-norte cordobés.
Su paso por el INTA deja un legado de proyectos estratégicos que buscaron posicionar al organismo como referente en innovación y tecnología para el campo. Sin embargo, la tensión fiscal y la gestión de recursos humanos parecen haber condicionado sus últimas decisiones.
El INTA deberá definir con rapidez un liderazgo sólido que afronte tanto los retos inmediatos como los estructurales en la organización. La salida de Molina no solo plantea interrogantes sobre la eficiencia del plan de retiros voluntarios, sino también sobre la capacidad del organismo para continuar con su rol fundamental en el desarrollo agroindustrial del país.
En este contexto, la coordinación entre el INTA y el gobierno será clave para garantizar que las políticas de innovación y sustentabilidad sigan avanzando, sin que las tensiones internas o las presiones económicas afecten su misión a largo plazo.