Por Agroempresario.com
El panorama del consumo masivo en Argentina continúa deteriorándose, según el último informe de la consultora Scentia. En septiembre, se observó un alarmante retroceso del 22,3% en comparación con el mismo mes del año pasado. Este derrape no solo es resultado del contexto recesivo que atraviesa el país, sino también de las bases elevadas de consumo registradas en 2023, cuando el "Plan Platita" implementado por el entonces ministro Sergio Massa incentivó el gasto de los hogares.
Osvaldo Del Río, director de Scentia, señala que el actual descenso se ha visto alimentado por una combinación de factores, entre los que destacan la incertidumbre cambiaria que llevó a muchos argentinos a sobre-stockearse el año pasado. Con la devaluación que se produjo en diciembre, el panorama se ha tornado aún más sombrío para los consumidores, quienes deben enfrentarse a una caída en sus ingresos reales.
A pesar de la caída interanual, Del Río menciona que desde abril el consumo se ha mantenido relativamente estable, sin descensos adicionales, aunque tampoco se han observado signos de recuperación. “Las bases del año pasado, que eran altas, pesan mucho”, explica, sugiriendo que los próximos meses, octubre y noviembre, podrían mostrar cifras similares debido a las comparaciones con el año pasado.
En el acumulado del año, la caída del consumo alcanza el 13%, con un retroceso del 10% en los primeros nueve meses comparado con el mismo período de 2023. El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha experimentado una merma del14,1%, mientras que en el interior del país la cifra asciende a un alarmante 27,3%.
Los canales de distribución también han registrado variaciones significativas. En septiembre, los supermercados en el AMBA vieron una caída del 19,4%, mientras que los autoservicios y comercios independientes sufrieron una disminución del 4,5%. En contraste, en el interior del país, los autoservicios enfrentaron una caída del 30,8%.
Los productos más afectados en esta caída del consumo son aquellos considerados “impulsivos”, que han bajado un 32,3%. Asimismo, las compras de bebidas sin alcohol y alcohólicas se redujeron un 26,7% y un 25,1%, respectivamente. En términos de alimentación, la contracción fue del 19,6%, aunque la categoría de productos perecederos mostró un desempeño ligeramente mejor, con una caída del 16,8%.
Con la mirada puesta en el futuro, se anticipa que a partir de diciembre se podría observar una reversión en las caídas, al compararse con períodos de consumo históricamente bajo. Sin embargo, la consultora Scentia advierte que los últimos meses del año serán desafiantes, dado que se enfrentarán a las altas bases de 2023, influenciadas por factores políticos y económicos.
En este contexto, el desafío para el mercado es evidente: la recuperación del consumo dependerá no solo de la estabilidad económica, sino también de la confianza que los consumidores depositen en el futuro.