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Por Agroempresario.com
La Unión Industrial Argentina (UIA) advierte que los elevados costos logísticos, energéticos y tributarios del país limitan la capacidad de la industria nacional para competir en los mercados internacionales. Estas conclusiones surgen del informe “Costo argentino: elementos clave para lograr competitividad”, el cual destaca que, a pesar del buen rendimiento de las fábricas locales, factores externos encarecen las exportaciones e importaciones.
Según el ranking de competitividad global del International Institute for Management Development (IMD), Argentina ocupa el puesto 66 entre 67 países, reflejando las dificultades que enfrenta la industria. Entre los principales obstáculos se mencionan la inestabilidad macroeconómica, la presión impositiva y los elevados costos logísticos, con un incremento del 43% sobre el promedio de América Latina.
Entre 2010 y 2023, Argentina registró una inflación promedio del 51% anual, diez veces más alta que el promedio regional. Además, el país estuvo en recesión durante la mitad de ese período, triplicando el promedio mundial. Este escenario afecta la planificación a largo plazo, desalienta inversiones y limita el desarrollo de economías de escala que podrían ayudar a reducir los costos.
Otro problema es el bajo acceso al crédito, ya que el financiamiento bancario representa solo el 6% del PIB, un valor significativamente inferior al de otros países de la región. Sin opciones de financiamiento accesibles, muchas empresas ven limitada su capacidad de inversión y expansión.
El informe subraya que los costos logísticos son un 43% superiores al promedio regional. Transportar un contenedor de 40 pies en Argentina puede ser hasta tres veces más costoso para exportaciones y 13 veces más caro para importaciones en comparación con otros países latinoamericanos. La infraestructura logística deficiente y el predominio del transporte terrestre, que concentra el 91% del tráfico de carga, encarecen aún más los procesos. En contraste, el transporte ferroviario, más económico, solo mueve el 4% de la carga.
Por otro lado, los costos energéticos también representan una gran carga para las empresas. El precio de la energía eléctrica industrial en Argentina es más del doble que en Estados Unidos, y el costo del diésel supera ampliamente al de otros países de la región. Esta situación afecta tanto la producción como la competitividad global.
Argentina presenta una de las presiones tributarias más altas del mundo. Según el estudio, al ajustar por informalidad, la carga fiscal del sector formal asciende al 52% del PIB, lo que incluye impuestos nacionales, provinciales y municipales. Además, las empresas acumulan saldos a favor sin recibir devoluciones, lo que incrementa sus necesidades de financiamiento y dificulta su flujo de caja.
La burocracia es otro factor crítico que encarece la actividad comercial, añadiendo complejidad a las operaciones diarias y restando competitividad en los mercados internacionales.
El informe de la UIA sugiere una serie de reformas estructurales para reducir los costos externos a la producción. Entre las propuestas, se destaca la creación de una nueva ley PyME que brinde estabilidad fiscal y acceso al financiamiento, junto con la simplificación de los trámites burocráticos.
También se menciona la necesidad de promover una ley de incentivo a las inversiones productivas, que permita mejorar el acceso al crédito y aportar previsibilidad macroeconómica. La reducción de costos laborales, logísticos y energéticos es otro punto clave para recuperar la competitividad.
En un contexto donde la competencia global es cada vez más exigente, la capacidad de Argentina para insertar sus productos en los mercados internacionales dependerá de la implementación de reformas estructurales. Reducir el “costo argentino” permitirá que la industria nacional recupere el dinamismo y pueda competir en igualdad de condiciones con otras economías.
Para la UIA, mejorar la competitividad no solo es una necesidad para el sector industrial, sino también una oportunidad para el desarrollo económico del país. Sin cambios profundos, advierten, Argentina seguirá enfrentando serias dificultades para alcanzar su potencial en los mercados globales.
