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Grupo Bahía Energía, a través de su empresa Biosanfe, anunció un ambicioso proyecto que transformará la región en un hub clave para la producción de bioetanol, Combustible Sustentable de Aviación (SAF) y metanol verde. La primera fase del proyecto, que ya está en construcción, contempla una planta de bioetanol a partir de maíz, lo que marca el inicio de una serie de desarrollos que podrían posicionar a Bahía Blanca como un futuro polo de biocombustibles en el país.
El proyecto se ubica en el km 676 de la Ruta Nacional N°3 y está planificado para ser ejecutado en tres etapas. La primera de ellas está enfocada en la producción de bioetanol, utilizando maíz como materia prima. Esta planta tendrá una capacidad inicial de 150.000 metros cúbicos anuales, destinados principalmente a abastecer el consumo interno. Además, el subproducto de este proceso, los granos secos destilados con solubles (DDGS), será destinado a la alimentación animal, generando una sinergia clave entre la industria energética y la agropecuaria.
Federico Susbielles, intendente de Bahía Blanca, subrayó la relevancia de este proyecto no solo para la ciudad, sino para la economía argentina en general: «Esta producción tiene altísima rentabilidad y muchísimo valor agregado. Es el tipo de exportaciones que Argentina necesita. Es una inversión que apuesta por la sostenibilidad y el empleo calificado». La construcción del complejo generará hasta 600 puestos de trabajo durante su edificación y 180 empleos permanentes una vez que esté operativa.
Una vez finalizada la fase inicial de bioetanol, Grupo Bahía Energía planea expandir la capacidad de la planta a 300.000 metros cúbicos anuales en su segunda etapa. Parte de esta producción se exportará, mientras que otra fracción se destinará a la fabricación de Combustible Sustentable de Aviación (SAF), utilizando la novedosa tecnología Alcohol to Jet (ATJ). La transición hacia SAF es fundamental para la industria aeronáutica, ya que las aerolíneas de todo el mundo buscan cumplir con objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones. De hecho, Aerolíneas Argentinas anunció hace poco más de un año que ha firmado un acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para comenzar a utilizar SAF en todos sus vuelos a partir de 2027.
En la tercera fase, se planea la construcción de una planta de biometanol con una capacidad de 140.000 toneladas anuales. Este biocombustible será producido a partir del dióxido de carbono (CO2) generado durante el proceso de fermentación en la producción de etanol, lo que no solo ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también aprovecha de manera eficiente los subproductos industriales.
El metanol verde, también conocido como metanol renovable, es un biocombustible de segunda generación que se produce a partir de fuentes no fósiles, como biomasa o dióxido de carbono capturado. Este tipo de metanol tiene múltiples aplicaciones, desde la industria química hasta la producción de plásticos y resinas. Sin embargo, uno de sus usos más destacados es como combustible limpio para el transporte marítimo, un sector que está bajo una fuerte presión para reducir sus emisiones de carbono.
El metanol verde también puede ser mezclado con otros combustibles o utilizado en celdas de combustible, lo que lo convierte en una opción versátil para la transición energética. Al incorporar CO2 en su proceso de producción, este biocombustible tiene un impacto ambiental considerablemente menor en comparación con su contraparte fósil, lo que lo hace una solución atractiva para industrias que buscan cumplir con las normativas de reducción de emisiones.
Este proyecto de Grupo Bahía Energía refuerza la transformación de Bahía Blanca, que ha sido históricamente un núcleo petroquímico, en un actor clave de la bioeconomía argentina. «Es muy importante defender la posición de Bahía Blanca en su conjunto por lo que esta inversión significa. Tiene que ver con el futuro, estamos hablando de transición energética, de sostenibilidad, sustentabilidad y de empleo de alta calidad», destacó Susbielles.
Por su parte, Juan Manuel Ritacco, CEO de Grupo Bahía Energía, explicó que este complejo agroindustrial no es solo una planta más, sino un ecosistema productivo integral. «Estamos en Bahía Blanca porque somos bahienses, pero también porque logramos un consenso para desarrollar un proyecto que no solo produce biocombustibles, sino que crea un sistema productivo completo», aseguró Ritacco.
Con este tipo de inversiones, Bahía Blanca está lista para desempeñar un papel protagónico en la bioeconomía de Argentina. La combinación de innovación tecnológica, sostenibilidad ambiental y generación de empleo calificado promete un futuro próspero para la región y el país en su conjunto. La transición hacia biocombustibles como el bioetanol, el SAF y el metanol verde no solo responde a la creciente demanda global de energías limpias, sino que también representa una oportunidad estratégica para diversificar la matriz productiva de Argentina.
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