Por Agroempresario.com
Argentina está consolidando su perfil como un proveedor emergente de gas natural licuado (GNL) para el mercado global. Así lo afirmó Germán Burmeister, presidente de Shell Argentina, en una entrevista exclusiva con Forbes, donde detalló el potencial y los desafíos de desarrollar este recurso desde Vaca Muerta. Con proyectos en infraestructura que facilitan la exportación de petróleo, la conversación en Argentina Oil & Gas 2024 giró en torno a cómo el GNL puede posicionar al país en el mercado energético global.
Burmeister, quien recientemente asumió su puesto en Shell Argentina, subrayó el impacto transformador de Vaca Muerta en la economía nacional y los planes de la empresa para ampliar su producción. Actualmente, Shell produce unos 50,000 barriles diarios de petróleo y gas, con la meta de incrementar esta cifra a 70,000 en los próximos 12 a 18 meses gracias a una nueva planta de procesamiento. Según Burmeister, esta expansión requerirá inversiones anuales de entre 500 y 600 millones de dólares.
Shell es una de las compañías mejor posicionadas para colaborar con YPF en el proyecto de licuefacción de gas, que podría alcanzar los 30 millones de toneladas anuales. La empresa evalúa los distintos escenarios de crecimiento en Vaca Muerta, que dependen de factores como la infraestructura, las regulaciones y la estabilidad macroeconómica. “Estamos investigando con detalle las oportunidades en el GNL; vemos a Argentina con potencial de convertirse en proveedor mundial”, afirmó Burmeister, quien además destaca la importancia de diversificar la economía del país a través de este tipo de inversiones.
Para que este crecimiento sea viable, Burmeister indicó que Argentina debe consolidar su credibilidad y crear un ambiente de inversión confiable con reglas claras y estabilidad económica. “La falta de inversión ha sido un problema durante décadas. Argentina necesita un cambio en esta área”, reflexionó. Aunque las condiciones óptimas requieren tiempo, el ejecutivo enfatizó que la ventana para el GNL no será permanente, por lo que es vital aprovechar esta oportunidad en los próximos dos a cuatro años.
El desarrollo en offshore también forma parte de los planes de Shell. Con la reciente aprobación de la declaración de impacto ambiental, la empresa planea iniciar su campaña sísmica antes de fin de año, un paso crucial para definir los próximos desarrollos en esta área.
A pesar de los desafíos, Burmeister expresó optimismo en el rol de la industria energética para el desarrollo de Argentina. Señaló que Shell, y el sector en general, contribuirán al bienestar y crecimiento del país. “Quizás no impacte a todos, pero sí a muchos, y eso ya es muy importante”, concluyó.