Los números de las empresas no terminaron de cerrar y en estas últimas semanas muchas de ellas tuvieron que salir a rematar millones de kilos de peras que estaban almacenadas en las cámaras frigoríficas destinándolas a la elaboración de jugo concentrado ya que en el mercado en fresco no había forma de colocarla. Importante también fue la cantidad de pera que terminó siendo descartada y tirada.
La temporada de peras había comenzado con algunos problemas, pero todo se precipitó cuando aparecieron los primeros números de los stocks de fruta almacenados en las cámaras, los cuales mes a mes iban generando cada vez más presión en el mercado. Los datos con el cierre de la estadística de agosto, últimos oficiales disponibles, muestran claramente lo mencionado.
Teniendo en cuenta el consumo promedio de pera en fresco (mercado interno y exportación) y lo que absorbió la industria de concentrados en las últimas cinco temporadas, para el último cuatrimestre de este año estaban sobrando poco más de 30.000 toneladas de peras. Esta cifra, refleja una importante caída -tomando como corte de referencia el 15 de octubre- ya que son muchas las empresas frutícolas que en este último mes y medio 'liquidaron' sus peras almacenadas, destinándola a la industria de concentrados ya que carecía de condiciones de calidad para ser ofertada en las góndolas de las distintas tiendas de frutas y supermercados.
"No había mucho más que esperar. Los costos del frío empezaban a presionar y hoy ya se encuentran por encima de cualquier valor que se pueda conseguir por la pera en el mercado", destacó un importante exportador regional al ser referencia del tema. Según datos relevados por +P, el costo de almacenamiento en frío para la pera, hoy se ubica entre 200 y 250 pesos por kilo -dependiendo de la provincia y tipo de cámara- y los valores que está pagando la industria -los galpones de empaque no reciben- se ubican entre 130 y 150 pesos.
Es decir, tomando el peor escenario, quien almacenó a principios de año pera en las cámaras de frío y hoy las retira para su venta, está perdiendo más de 100 pesos por kilo de fruta. Un quebranto importante.
"No caben dudas que el problema es angustiante para algunos, pero representan volúmenes marginales dentro de lo que es el mercado para la pera argentina", reflexionó un operador de jugos concentrados de la región. "Nosotros como sector podemos absorber algo más de pera, un 10% o 15% más que el año pasado...pero no mucho más. Por el resto, se deberá buscar la forma de comercializarla por otras vías o se tendrá que tirar", continuó la fuente consultada. Tomando este concepto como referencia, hay que señalar que los potenciales 30.000 toneladas excedentes de la temporada, representan solo el 5% del total de la cosecha efectiva estimada de peras.
Por el lado de los productores, entienden que existe una clara estrategia del sector empresarial frente a este contexto adverso. "No nos caben dudas que todo esto se deja trascender ahora para justificar las magras liquidaciones que ya están anticipando los galpones por nuestra fruta. Siempre pasa lo mismo...llega el fin de la temporada y con ella las malas noticias. Mientras tanto uno ve que las empresas siguen haciendo enormes inversiones en sus chacras y galpones, pero para el productor no hay plata", manifestó con cierta bronca un chacarero de Cipolletti al ser consultado por el tema.
Durante la presente temporada se combinaron distintos factores que determinaron llegar al último cuatrimestre del año con serios problemas para la colocación de pera en el mercado.
- Una cosecha de buen volumen. Las primeras estadísticas reflejan que la producción efectiva de peras para este año se ubicaría en las 630.000 toneladas, por encima en un 10% de la media de los últimas cinco temporada.
- Demanda retraída. Los datos del mercado interno reflejan que los envíos de peras hacia este destino se desplomaron, en lo que va del año, alrededor del 25%, producto del ajuste que soportaron los salarios, escenario que impactó de lleno en el consumo. La pera, al no ser una fruta que es altamente demandada en el mercado, sufrió mucho más que otras esta caída.
- Exportación que no compensó. Los datos de comercio exterior del producto detallan que las exportaciones crecieron, en lo que va del año, tal solo el 5% no pudendo compensar la mayor cosecha efectiva y los menores volúmenes que absorbió el mercado local. Se espera que algún barco más hacia el mercado de Rusia pueda llegar a mejorar, en forma marginal, este contexto.
- Fallida estrategia empresarial. Las empresas -y en menor medida los productores- no pudieron ver el escenario que se avecinaba a partir del segundo semestre del año, y destinaron -sin dudas- a las cámaras de frío un mayor volumen -y hay que ver la calidad- del que iba a poder absorber el mercado en fresco. De ahí que los stocks estén en sus máximos históricos y mucha de la pera que está saliendo de las cámaras terminará con importantes retornos negativos para quienes apostaron a venderla en esta última parte del año.
LMNeuquen