Por Agroempresario.com
Uno de los sectores más golpeados por la crisis económica en Argentina sigue siendo el industrial, especialmente las pequeñas y medianas empresas (pymes). Según datos del Frente Productivo Nacional, 16.500 pymes han cerrado en lo que va del año, una cifra alarmante que refleja la difícil situación por la que atraviesa este sector clave para la economía del país.
La caída del consumo interno, el aumento de los costos de servicios y la dificultad para exportar debido a un dólar poco competitivo son solo algunos de los factores que explican este panorama preocupante. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) estima que las ventas de comercios pymes han caído un 13,2%, una cifra que pone de manifiesto la recesión que sigue golpeando a las empresas más pequeñas.
Además del cierre de pymes, la crisis también ha causado la pérdida de miles de empleos. El sector ha visto el cierre de 10.000 kioscos y almacenes, y la pérdida de 160.000 puestos de trabajo en total. La situación se ha agravado aún más en el segundo semestre del año. Entre julio y octubre, 6.500 empresas más han dejado de operar, sumándose a las 10.000 que ya habían cerrado en los primeros meses del 2024, según la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC).
La crisis no solo afecta a las pymes de servicios y comercio, sino también a las empresas que producen productos de primera necesidad. Un claro ejemplo de esto es la baja del 12,3% en las ventas de carne vacuna en los primeros nueve meses del año, lo que representa el nivel más bajo en 26 años, según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
El costo de los servicios también ha aumentado significativamente, y los pequeños empresarios advierten que la carga tributaria sigue siendo una presión insostenible. La combinación de estos factores está generando un círculo vicioso: la caída en las ventas lleva al cierre de más empresas, lo que aumenta el desempleo y reduce el consumo, lo que a su vez agrava aún más la recesión económica.
Ante este panorama sombrío, los empresarios insisten en la necesidad de una "Ley pyme" que otorgue alivio fiscal y mejores condiciones para el sector. Sin embargo, por el momento, no ha habido avances en el Congreso en este sentido. El único interlocutor activo entre el Gobierno y las pymes ha sido el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien se comprometió a trabajar en un Régimen de Incentivo y Generación de Ingresos (RIGI) para las pymes, aunque los empresarios consideran que este proyecto es difícil de concretar en el corto plazo.
Mientras tanto, el presidente Javier Milei sigue defendiendo un discurso optimista sobre la economía, asegurando que "la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer". Sin embargo, estas declaraciones han generado escepticismo entre los empresarios del sector pyme, que siguen enfrentando una economía en contracción. En agosto, la economía argentina registró una caída interanual del 3,8%, y aunque hubo un leve avance de 0,2% en comparación con julio, el acumulado del año sigue siendo negativo, con una baja del 3,1%.