Por Agroempresario.com

El mercado ganadero argentino atraviesa un panorama complejo, donde la oferta restringida de terneros sigue siendo un factor determinante para los precios. A pesar de algunas mejoras recientes, los valores del ganado continúan rezagados en términos reales, impulsando una mayor demanda de reposición y estrategias de retención en el sector.

Precios y disponibilidad: un análisis de contexto

En 2024, el valor de la invernada permaneció aproximadamente un 18% por debajo de los niveles del año anterior y más de un 30% inferior a los máximos históricos de marzo de 2022. Esto se atribuye, en gran parte, a la significativa reducción del stock de terneros, con una caída de más de 800 mil cabezas debido a la sequía.

A pesar de esta baja, el Índice Rosgan señala una leve mejora en los valores de los últimos meses, aunque insuficiente para alcanzar los promedios históricos de los últimos 10 años. Según los expertos, esta dinámica representa una oportunidad tanto para la compra como para la retención de hacienda.

Un cambio estructural en el mercado

La falta de terneros se suma a una elevada faena de hembras en 2024, que afectó directamente la cantidad de vientres disponibles para servicios. Este fenómeno, combinado con la oferta forrajera actual, incentiva la demanda de reposición.

Por ejemplo, el costo de reponer una vaquillona preñada, que hoy equivale a dos vacas flacas, se presenta como una relación más favorable que el promedio histórico, lo que podría estimular inversiones en vientres jóvenes.

Perspectivas para 2025

A corto plazo, la caída en el número de terneros disponibles ejercerá presión sobre los precios. Esto podría beneficiar tanto a los criadores como a los invernadores, especialmente si las condiciones climáticas siguen siendo favorables. Según el Rosgan, el contexto actual sugiere que retener terneros más tiempo en el campo y reponer vientres es una estrategia acertada.

Además, el ajuste en la brecha de precios entre novillos pesados y machos livianos favorece la invernada pastoril. Esta tendencia, junto a una demanda sólida desde la exportación, apunta a un escenario futuro con menor oferta y precios en alza para la categoría.

Con una proyección de destetes positiva para este año, la clave estará en equilibrar los desafíos estructurales con las oportunidades que ofrecen el mercado y las condiciones climáticas.