Por Agroempresario.com
La privatización de IMPSA, una histórica empresa metalúrgica que supo ser un referente en la industria energética mundial, está a punto de concretarse. El proceso de venta del 84,9% de las acciones de la compañía, actualmente en manos del Estado nacional y la provincia de Mendoza, se encuentra en su etapa final, con la firma estadounidense Arc Energy como principal oferente.
El acuerdo se define en los últimos días del período de negociaciones, con fecha límite el 20 de diciembre, según los representantes de Arc Energy, quienes ya han comenzado a revelar algunos detalles sobre su plan de negocios. En una reciente declaración, indicaron que su objetivo es "exportar y reemplazar las grúas chinas que hoy están en Estados Unidos", marcando un giro significativo respecto a los negocios previos de IMPSA, que se enfocaban principalmente en la provisión de turbinas para Venezuela.
El proceso de privatización, que originalmente debía concluir este lunes, se extendió por un período de "mejoramiento de condiciones de oferta" solicitado por el Ejecutivo argentino. Según fuentes vinculadas a Arc Energy, la oferta incluye varias condiciones clave para cerrar la operación, como la reestructuración de la deuda de IMPSA, la actualización de los contratos existentes con el Estado y la resolución de problemas relacionados con importaciones temporales no resueltas.
Uno de los puntos más delicados de la negociación es la deuda de IMPSA, que asciende a 500 millones de dólares con bonistas internacionales, entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Desde Arc Energy aseguran que no consideran este factor como un impedimento, confiando en que los acreedores aceptarán una reestructuración de la deuda una vez que la empresa sea adjudicada. Además, la firma estadounidense reclama que el Gobierno argentino actualice los contratos de IMPSA, muchos de los cuales fueron firmados en años previos y se vieron afectados por la inflación.
Otro tema pendiente es la situación de las importaciones temporales de IMPSA, que involucraron turbinas destinadas a Venezuela. La empresa utilizó un régimen fiscal que exime el pago de impuestos por productos que se exportan, pero debido a que las operaciones con Venezuela nunca se concretaron, IMPSA enfrenta una deuda impositiva que deberá resolverse antes de concretar la venta.
IMPSA, que alguna vez fue una de las principales proveedoras de soluciones energéticas a nivel mundial, sufrió un fuerte retroceso financiero en los últimos años, debido a la competencia con empresas mejor financiadas en la región, especialmente las brasileñas. Tras entrar en cesación de pagos en 2014 y ver cómo la familia Pescarmona cedía el control de la firma en 2018, IMPSA pasó a ser gestionada por el Estado en 2021, cuando el Gobierno argentino adquirió una parte significativa de las acciones.
El proceso de privatización de IMPSA será el primero bajo la gestión de Javier Milei, quien ha impulsado la venta de empresas estatales como parte de su política económica. Sin embargo, el futuro de otras grandes compañías del Estado, como Aerolíneas Argentinas y Trenes Argentinos, aún está bajo evaluación. Según los involucrados en el proceso, el acuerdo con Arc Energy se encuentra en sus etapas finales, y todo indica que esta operación podría marcar un cambio significativo en la industria metalúrgica y energética argentina.