Por Agroempresario.com
La bonanza que vivió la industria de la maquinaria agrícola en los últimos años, impulsada por los buenos precios de los granos, bajas tasas de interés y una política de emisión monetaria expansiva del gobierno de Estados Unidos, llegó a su fin abruptamente este 2024. Los concesionarios, que en los últimos años experimentaron un aumento en el volumen y valor de las ventas, se enfrentan ahora a un panorama difícil, donde las tasas de interés elevadas y la caída en los precios de las commodities agrícolas han afectado gravemente la demanda de maquinaria nueva.
El cambio de rumbo comenzó cuando la Reserva Federal (FED) de EE. UU. aumentó las tasas de interés para frenar la inflación, lo que encareció los créditos y afectó la capacidad de compra de los productores agrícolas. Esta situación, sumada a la caída en los precios de los granos, que volvieron a niveles históricos, desencadenó una retracción en la compra de equipos, tanto nuevos como usados.
"El stock de maquinaria usada aumentó significativamente debido a la alta adquisición por parte de las concesionarias en años anteriores, lo que, al no encontrar una salida rápida, llevó a estos equipos a ser rematados a precios mucho más bajos", explicó un experto del sector. La venta de maquinaria de segunda mano, especialmente de modelos casi nuevos, a precios inferiores al 50% de su valor original, afectó aún más a las ventas de equipos nuevos.
El impacto es claro: las ventas han caído un 30% en promedio, con algunas cadenas de concesionarios reportando reducciones de hasta el 40% en sus operaciones. Este declive ha generado pérdidas millonarias, y empresas como John Deere, una de las principales fabricantes, ya implementaron programas de recorte de personal, que también han afectado a las filiales en países como Argentina.
“Las tasas de interés han alcanzado niveles de entre 8 y 10% anuales, lo que ha puesto en crisis a los productores más endeudados, que representan el 25% del sector”, señaló un analista del mercado. Este segmento, que tiene dificultades para hacer frente a los pagos de sus créditos, está viendo cómo su capacidad de inversión se reduce drásticamente, lo que impacta directamente en la compra de nueva maquinaria.
La situación no parece mejorar a corto plazo, ya que se espera que los efectos de esta crisis se prolonguen durante el próximo año, especialmente en el mercado de cosechadoras y tractores. Las políticas comerciales de la nueva administración republicana de EE. UU. y las fluctuaciones en los precios de los granos seguirán siendo factores determinantes para la recuperación del sector.
“La incertidumbre política, sumada a la volatilidad de los precios de los granos y las altas tasas de interés, generan un escenario muy complejo para los productores y las concesionarias”, afirmó un consultor del sector en diálogo con La Nación.
El futuro de la industria dependerá en gran medida de cómo evolucione la situación financiera de los productores y la política monetaria en Estados Unidos. Mientras tanto, muchos de ellos se ven obligados a vender maquinaria en remates, lo que podría alargar aún más la crisis y frenar una pronta recuperación.
En definitiva, el sector de maquinaria agrícola enfrenta uno de los momentos más difíciles de los últimos años, con pérdidas millonarias y un futuro incierto que dependerá de factores tanto locales como internacionales.