Por Agroempresario.com 

El pelón o nectarina, una fruta jugosa y delicada, es una variante natural del durazno que se distingue por su piel lisa y sin vello. Originaria de Asia, específicamente de China, Irán y Afganistán, fue introducida en Occidente por los romanos, quienes difundieron su cultivo ampliamente.

Desde el punto de vista nutricional, la nectarina contiene alrededor de 87 gramos de agua por cada 100 gramos de porción comestible, lo que la convierte en un alimento refrescante e hidratante. Su bajo aporte calórico, de apenas 40-50 calorías por cada 100 gramos, la posiciona como una opción ideal para quienes desean mantener un peso saludable sin renunciar al sabor dulce.

Esta fruta destaca por su contenido de fibra insoluble, con aproximadamente 2,2 gramos por cada 100 gramos, lo que favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Su acción como prebiótico estimula el crecimiento de bacterias beneficiosas en la microbiota, promoviendo un sistema digestivo equilibrado.

Los antioxidantes presentes en la nectarina, como la vitamina C y los polifenoles, contribuyen a reducir la inflamación y protegen las células del sistema digestivo frente al estrés oxidativo. Estos beneficios son especialmente relevantes para quienes padecen enfermedades inflamatorias intestinales.

Por otro lado, su bajo índice calórico combinado con su alto contenido de fibra favorece la sensación de saciedad y ayuda a regular el peso corporal. Un estudio de 2020 de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos demostró que el consumo diario de fruta está asociado con la pérdida de peso en mujeres, consolidando a la nectarina como una excelente alternativa frente a alimentos más calóricos.

Además de sus beneficios digestivos y de control de peso, la nectarina también es un aliado para la salud de la piel. La vitamina C y el cobre presentes en esta fruta promueven la producción de colágeno, mejorando la elasticidad y firmeza cutánea. La vitamina A, por su parte, protege la piel frente a los daños de los rayos UV, mientras que la niacina refuerza la barrera cutánea contra agresores externos.

El potasio, otro componente clave de la nectarina, contribuye al control de la presión arterial, lo que la convierte en un alimento recomendable para la prevención de enfermedades cardiovasculares. Su efecto diurético natural, impulsado por el alto contenido de agua y potasio, facilita la eliminación de líquidos retenidos y favorece la salud renal.

Finalmente, la vitamina C de la nectarina potencia la absorción de hierro, ayudando a prevenir anemias, especialmente en personas con dietas restringidas. Los carotenoides presentes benefician la salud visual y auditiva, además de fortalecer uñas y mucosas, reafirmando su perfil como un superalimento integral.