Por Agroempresario.com
A la espera de los datos oficiales de inflación correspondientes a diciembre, que se conocerán el próximo martes 14 de enero, el Gobierno sigue confiando en que el índice inflacionario se mantendrá por debajo del 3% y que, durante 2025, se observará una tendencia a la baja. Sin embargo, el comienzo del nuevo año ha traído consigo una serie de indicadores que podrían desafiar estas expectativas oficiales, especialmente en lo que respecta a los precios de los alimentos y bebidas.
Un informe reciente de la consultora LCG, basado en el análisis de los precios de 8000 productos en cinco grandes supermercados, reveló que la primera semana de 2025 comenzó con un aumento del 1,2% en los precios de los alimentos. Este repunte sigue a un periodo de estabilización en los precios durante el último tramo de 2024. Además, la suba promedio mensual fue del 1,4%, y en la medición interanual de las últimas cuatro semanas, la cifra llegó al 1,3%.
El informe también destacó que el sector de las bebidas fue el principal responsable de este incremento, con aumentos tres veces mayores al promedio. Otros productos que incidieron significativamente en el alza de precios fueron los productos de panificación, cereales, pastas y carnes. No obstante, estas subas fueron parcialmente compensadas por una caída notable en los precios de verduras, que, junto con las frutas, ayudaron a mitigar el impacto general.
A pesar de estos aumentos, se observó una reducción significativa en la cantidad de productos que no experimentaron variaciones de precios, que pasó del 71% al 56% de los productos relevados, lo que podría ser un indicio de un posible estancamiento en algunos rubros.
El análisis también reveló que si se excluyen las carnes de la medición, la variación promedio de los precios en las últimas cuatro semanas fue levemente negativa, con una caída del 0,1%, lo que podría indicar una desaceleración en algunos sectores de la canasta básica.
Mientras tanto, las expectativas del Gobierno para diciembre siguen siendo positivas, ya que las consultoras económicas participantes del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central estimaron una inflación mensual de 2,9%. Aunque este número representaría un rebote respecto al mes anterior, aún estaría por debajo del umbral del 3%, un resultado que el Ejecutivo consideraría favorable dado que diciembre suele ser un mes con subas estacionales debido a las fiestas de fin de año.
Si se confirma este pronóstico, el Gobierno podría lograr mantener el índice de precios al consumidor (IPC) dentro de los parámetros esperados, lo que permitiría reducir el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial a mediados de enero, tal como lo planeado.
A pesar de estas perspectivas, los primeros días de 2025 y los aumentos en los precios de los alimentos y bebidas generan incertidumbre sobre si el control de la inflación será sostenible a lo largo del año, un desafío que el Gobierno deberá monitorear de cerca.