Alquileres de tierras, un lastre para la reinversión en el sector

Por Agroempresario.com

El sector agropecuario argentino enfrenta una nueva crisis que impacta profundamente en su rentabilidad: los elevados costos de los alquileres de tierras productivas. Este problema se agrava en un contexto de alta incertidumbre financiera, donde varias empresas del sector han anunciado que no pueden hacer frente a sus deudas. En Argentina, el 70% de la superficie agrícola se cultiva en campos arrendados, lo que significa que los productores destinan anualmente alrededor de 5,2 millones de dólares a pagos de rentas.

El impacto de estos elevados alquileres va más allá de la simple erogación de dinero. Según los expertos, esta alta carga representa dinero “perdido” para el sector, ya que no se reinvierte en maquinaria, infraestructura o insumos agroquímicos, lo que limita la competitividad y el crecimiento del sector agrícola. En comparación con otras regiones, el valor de los alquileres en Argentina es hasta un 40% más caro que en países como Brasil, que tienen tierras con capacidades productivas similares.

La situación se complica aún más debido a que los alquileres en Argentina se fijan según la capacidad teórica productiva de la tierra, es decir, el rendimiento máximo que un productor puede alcanzar en condiciones ideales. Sin embargo, los precios de alquiler en Argentina rondan entre el 40% y el 45% de esa capacidad, cuando lo más adecuado sería que se situaran entre el 30% y el 35%. Este exceso de precios está haciendo que los productores no puedan afrontar los costos de explotación de sus tierras.

La crisis en el agro argentino también se refleja en el mercado de tierras para la venta, donde los precios son significativamente más bajos que en países limítrofes. Aunque se espera una recuperación de entre un 10% y un 15% en los valores de venta este año, aún existen campos que se venden entre un 30% y un 70% más baratos que en la región.

Adrián Poletti, productor agropecuario y asesor comercial del sector, señaló que la solución pasa por una mayor regulación de los precios de alquiler. “Los alquileres deben estar relacionados a la productividad promedio de la región. Los precios actuales no son sostenibles”, expresó Poletti.

Las zonas más caras para alquilar tierras en Argentina están ubicadas en el 'Triángulo de oro' de Buenos Aires, que incluye localidades como Rojas, Salto y Pergamino, donde los precios oscilan entre 350 y 800 dólares por hectárea. A medida que nos alejamos de estas zonas, los precios disminuyen, pero siguen siendo elevados en comparación con la capacidad de pago de los productores.

Este alto costo de alquiler, combinado con la caída de los precios internacionales de la soja, está afectando la rentabilidad de los productores. El precio proyectado para la soja en la campaña 2024/25 se ha desplomado a su nivel más bajo desde 2020, lo que pone en aprietos a los productores locales.

Para los analistas del sector, los elevados alquileres de tierras son un obstáculo clave para la reinversión en el campo y la recuperación económica del agro argentino. En este contexto, los productores insisten en la necesidad urgente de encontrar un equilibrio entre los precios de alquiler y la capacidad productiva real de las tierras para evitar que el sector siga perdiendo competitividad.