Por Agroempresario.com
El sector foresto industrial del Mercosur se encuentra en un momento clave para consolidar su inserción internacional. Un reciente informe del Consejo Foresto Industrial Argentino (CONFIAR) resalta las oportunidades y los desafíos que enfrentan Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para desarrollar una industria forestal sostenible en el marco del nuevo reglamento de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación (EUDR).
Argentina, en particular, podría capitalizar este contexto para atraer inversiones superiores a los 6 mil millones de dólares. Con más de 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales y una cadena productiva que abarca desde la madera hasta los muebles, el país tiene el potencial de convertirse en un actor relevante en el mercado global de productos forestales sostenibles.
El Mercosur representa aproximadamente el 40 % de la producción mundial de pasta celulósica, con Brasil liderando las exportaciones y Uruguay fortaleciéndose como un competidor clave gracias a inversiones recientes. En este escenario, Argentina tiene la posibilidad de aumentar su protagonismo, aprovechando su capacidad de diversificación y el desarrollo de bioproductos de alta demanda.
El valor de la industria forestal mundial podría incrementarse en más de 210 mil millones de dólares entre 2019 y 2035, según CONFIAR. Esto abre una ventana de oportunidad para que el país diversifique su oferta hacia bioproductos y tecnologías vinculadas a la bioeconomía y la economía digital.
La normativa de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación, que comenzará a regir en 2025, supone un reto importante para el Mercosur. Este reglamento exige que los productos importados por la UE estén certificados como libres de deforestación y cumplan con las leyes de los países productores. Esto implica que las empresas forestales deberán implementar sistemas de trazabilidad, auditorías independientes y certificaciones de sostenibilidad que garanticen la conformidad con los estándares internacionales.
Si bien estas exigencias podrían aumentar los costos de producción, también representan una oportunidad para que las empresas que operan de manera sostenible ganen acceso preferencial a mercados exigentes como el europeo. En el caso de Argentina, estas regulaciones pueden convertirse en un motor de desarrollo si el sector público y privado trabajan en conjunto para cumplir con los nuevos estándares.
El informe destaca la importancia de fortalecer la cooperación entre los gobiernos del Mercosur y la Unión Europea para facilitar la implementación de las nuevas regulaciones. Asimismo, subraya la necesidad de desarrollar políticas nacionales que impulsen prácticas forestales responsables, fomenten la inversión en tecnología y generen herramientas financieras para acompañar la transición hacia una industria más sostenible.
Brasil y Uruguay ya están avanzando en la diversificación de mercados para reducir su dependencia de la UE, mientras que Paraguay busca posicionarse como un proveedor emergente. En este contexto, Argentina tiene el desafío de acelerar sus esfuerzos en sostenibilidad y diversificación, especialmente considerando su capacidad para ofrecer bioproductos innovadores que cumplan con los estándares del EUDR.
La industria forestal argentina no solo tiene el potencial de conquistar nuevos mercados, sino también de convertirse en un motor clave para el desarrollo económico regional. Las inversiones proyectadas podrían generar miles de empleos directos e indirectos, revitalizando economías locales y fortaleciendo las cadenas productivas en provincias clave como Misiones, Corrientes y Entre Ríos.
Además, el crecimiento del sector forestal en Argentina está alineado con las tendencias globales hacia la bioeconomía, un modelo que promueve la utilización de recursos renovables para desarrollar productos de alto valor agregado. En este sentido, la apuesta por productos sostenibles no solo responde a las exigencias internacionales, sino que también abre nuevas oportunidades en mercados emergentes.