Por Agroempresario.com
La reciente eliminación de las retenciones a la exportación de cuero salado ha generado una fuerte reacción por parte de la cadena de valor del cuero y sus manufacturas. Las curtiembres, que desempeñan un papel crucial en el procesamiento del cuero, expresaron su preocupación por los efectos negativos de esta medida, argumentando que favorece la venta de materia prima sin procesar en lugar de impulsar la industria nacional.
A través de un comunicado conjunto, las cámaras industriales que agrupan a este sector, como la Asociación de Curtidores de la Provincia de Buenos Aires (Acuba), la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (Caipic), la Cámara de la Industria Curtidora Argentina (CICA), la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines de la República Argentina (CIMA) y la Federación Argentina de la Industria de Calzado y Afines (Faica), dejaron en claro su postura.
Las curtiembres desmintieron las versiones del gobierno nacional que alegaron que la eliminación de las retenciones beneficiaría al consumidor y a los productores de carne. La crítica más fuerte se centró en los argumentos esgrimidos por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien había señalado que la exportación de cueros sin procesar permitiría a los frigoríficos obtener un ingreso adicional, lo cual tendría efectos positivos en la baja del precio de la carne.
El sector curtidurero sostiene que estos argumentos son "falsos" y carecen de sustancia. En su comunicado, las cámaras industriales argumentaron que la propuesta beneficia exclusivamente a quienes venden el cuero como un commodity, sin tener en cuenta el valor agregado que se genera en el proceso de curtiembre y manufactura de productos de alta calidad, como el calzado, la marroquinería y la talabartería, entre otros. Según afirman, esta decisión perjudica a la industria local, que genera miles de empleos y aporta significativamente a la economía nacional.
Otro de los puntos cuestionados por las curtiembres tiene que ver con la relación entre el precio del cuero y el valor de la carne. Las cámaras aseguran que el precio del cuero no tiene un impacto directo en el precio de la carne, como sugirió el ministro Sturzenegger. Aseguran que el cuero solo representa entre el 0,8% y el 1,5% del valor total del animal en pie, por lo que no puede considerarse un factor determinante en el precio de la carne.
"Con la vigencia del derecho de exportación y la exportación del 50% de los cueros en estado salado, la carne disminuyó su precio en un 40% durante 2024, lo que demuestra la independencia de ambos mercados", señalaron en su comunicado.
Además de cuestionar los argumentos del gobierno, las curtiembres advirtieron que la eliminación de las retenciones afectará gravemente la competitividad de la industria argentina, que ya enfrenta altos costos de producción y una estructura impositiva compleja. Mientras tanto, otros países se benefician del cuero argentino para manufacturar productos de mayor valor agregado.
Las cámaras sugieren que, en lugar de fomentar la exportación de materia prima, el gobierno debería promover mecanismos de incentivo a la industrialización local. Entre sus propuestas se destacan los reintegros a la exportación, la trazabilidad del cuero para cumplir con los estándares internacionales y la reglamentación del uso de la denominación "cuero" para evitar que se ofrezcan productos falsificados en el mercado local.
Para las curtiembres, la clave está en agregar valor a la materia prima, y no en exportarla tal cual. Señalaron que la industria curtidurera argentina ha sido reconocida internacionalmente por su capacidad para transformar el cuero en productos de alta calidad. Al exportar solo materia prima, el país pierde la oportunidad de generar empleos en la industria local y de aprovechar el potencial de un mercado global que valora las manufacturas de cuero.
"Es imposible agregar valor incentivando la exportación de materia prima", aseguraron. En este sentido, las curtiembres afirmaron que la eliminación de las retenciones va en contra de los intereses del país, ya que desincentiva la industria local y favorece a aquellos que se benefician de la venta de un commodity sin procesar.
La eliminación de las retenciones también reavivó un debate que involucra a los productores de carne y a las curtiembres. Las primeras, en particular, consideran que la medida permitirá un mayor aprovechamiento de los cueros y reducirá el desperdicio, al tiempo que brindará beneficios económicos a los frigoríficos. Sin embargo, para las curtiembres, esta medida es solo una forma de desregular un sector que actualmente enfrenta una serie de desafíos.
"Esta decisión favorece a un sector que hoy se beneficia de una regulación que impide la exportación de ganado en pie, lo cual les permite mantener miles de puestos de trabajo en la industria frigorífica", subrayaron.
Por último, las cámaras de la industria curtidurera lamentaron que, mientras la industria nacional se enfrenta a dificultades internas, competidores de otros países continúan utilizando cuero argentino para fabricar productos que luego venden en mercados internacionales. Para las curtiembres, esta situación refleja la falta de apoyo a la industria local, que se ve atrapada en un contexto de alta presión impositiva, costos elevados y una legislación laboral obsoleta.
"Nosotros perdemos mercados debido a condiciones que nos exceden, como una estructura de costos en dólares que es imposible de trasladar", concluyeron.