Wayfarer: de Mar del Plata a la expansión internacional con US$ 4 millones en facturación proyectados

Por Agroempresario.com

En 2016, los hermanos Juan Cruz y Juan Ignacio Paneiva, oriundos de Mar del Plata, tomaron una decisión que cambiaría por completo su vida: apostaron a crear su propia empresa. Con una inversión inicial de apenas US$ 400, producto de sus ahorros, comenzaron a fabricar y vender gorras. Ocho años después, bajo la marca Wayfarer, esa pequeña idea se transformó en una exitosa empresa que no solo produce gorras, sino también remeras, camisas, trajes de baño y otros accesorios, y que proyecta alcanzar una facturación de US$ 4 millones en 2024.

“Wayfarer surgió de nuestra pasión por la naturaleza y los viajes. El nombre refleja nuestro amor por las aventuras; 'wayfarer' significa caminante o mochilero, aquella persona que busca nuevas experiencias”, cuenta Juan Cruz, quien es licenciado en comunicación social y fue el primero en emprender esta travesía.

La historia de Wayfarer comenzó cuando Juan Cruz, trabajando en una agencia de publicidad, no pudo encontrar proveedores adecuados de gorras personalizadas. Frustrado por la falta de opciones, propuso a su hermano Juan Ignacio, ingeniero industrial, la idea de fabricar las gorras ellos mismos. Sin experiencia previa en la industria textil, pero con mucha motivación, decidieron registrar la marca y comenzar a buscar proveedores en Buenos Aires. Con los ahorros de ambos, compraron 34 gorras, las personalizaron y comenzaron a venderlas entre sus amigos.

El primer punto de venta no fue más que el living de la casa familiar. Utilizando el comedor como espacio de trabajo y las computadoras para gestionar las ventas, los hermanos Paneiva apostaron desde el principio por el comercio electrónico. Su estrategia era maximizar las ventas semanales, asegurándose de que los viernes, día de reparto, tuvieran la mayor cantidad posible de pedidos, para que los recorridos fueran lo más eficientes posible. “Llevábamos todas las gorras, no solo las que nos encargaban, sino todas por si alguien quería comprar más”, recuerdan.

La estrategia de ventas funcionó bien y, con el tiempo, el negocio creció. Se mudaron a un showroom en un monoambiente, donde comenzaron a abrir algunos días a la semana para que los clientes pudieran probarse las gorras. Con el tiempo, y para tener más espacio, alquilaron un departamento de dos ambientes, lo que les permitió dividir la zona de trabajo de la de venta. Además de las gorras, comenzaron a ofrecer remeras y trajes de baño. En 2019, el negocio dio un paso más: alquilaron su primer local, con depósito y una pequeña oficina.

En 2020, con la pandemia, la empresa experimentó un crecimiento exponencial. Su infraestructura digital, que ya estaba bien desarrollada, le permitió responder rápidamente a la creciente demanda de compras online. En 2021, Wayfarer abrió su primer local a la calle, un hito importante para la compañía.

Hoy, el 85% de las ventas de Wayfarer proviene del comercio electrónico, a través de su tienda online, redes sociales y marketplaces. En 2024, la empresa alcanzó una facturación de US$ 1,5 millones, con un crecimiento del 80% en comparación con el año anterior. El modelo de negocio de los hermanos Paneiva se basa en la reinversión. Durante los primeros seis años, no cobraron sueldos y reinvirtieron todas las ganancias en el crecimiento del negocio. En 2023, después de años de trabajo, obtuvieron su primer préstamo bancario para abrir un segundo local físico. Actualmente, Wayfarer emplea a 26 personas de manera directa y trabaja con más de 200 familias mediante talleres externos.

La empresa ocupa el cuarto lugar en facturación dentro de la categoría de indumentaria masculina en e-commerce en Argentina. Juan Cruz destaca que, en el ámbito nacional, Wayfarer compite con marcas como Camarón Brujo, This Is BP y Thrown, mientras que a nivel internacional se enfrenta a gigantes como Quiksilver, DC y Hurley. A pesar de la feroz competencia, los hermanos Paneiva están convencidos de que Wayfarer tiene una propuesta única basada en calidad y estilo.

"Nuestro mercado está experimentando una estabilidad que no habíamos visto en estos ocho años de empresa. Esto está mejorando la capacidad adquisitiva de nuestros clientes. Nosotros no vendemos por precio, sino por lifestyle. La gente nos elige por nuestra historia y porque nuestros productos son de alta calidad", explica Juan Cruz. En 2024, el 55% de las ventas de Wayfarer se concentraron en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, seguidos por Santa Fe, Córdoba, Neuquén y Río Negro.

El año 2024 fue muy positivo para Wayfarer. “Cerramos con un 40% de crecimiento en la cantidad de tickets y un 75% de crecimiento en el e-commerce. También vimos un gran incremento en facturación en dólares y en unidades por ticket, lo que superó en un 10% nuestras proyecciones”, agrega Juan Cruz.

De cara a 2025, Wayfarer tiene como objetivo superar las 20.000 ventas anuales y continuar con su expansión internacional. Latinoamérica y Europa son los mercados prioritarios para los próximos años. Los hermanos Paneiva ya han registrado la marca en Australia y están trabajando en la expansión global de la compañía.

“La clave de nuestro éxito ha sido la creatividad, la constancia, la pasión y la perseverancia. Creemos que en Argentina se puede progresar con responsabilidad y trabajo duro”, afirman los fundadores. Con esta filosofía, Wayfarer continúa desarrollándose y proyectando su crecimiento más allá de las fronteras argentinas.

Con un futuro prometedor en el horizonte, los hermanos Paneiva están listos para enfrentar nuevos desafíos y seguir llevando su marca a más rincones del mundo.