Por Agroempresario.com
La primera semana posterior a la reducción de las retenciones a los granos mostró una mejora en los precios locales, pero no desató la ola de ventas que muchos esperaban. A pesar de los aumentos registrados en los valores para la soja y el maíz, el volumen de operaciones en el mercado fue más bajo de lo previsto, lo que dejó dudas sobre la efectividad de la medida a corto plazo.
El valor de la soja para la cosecha nueva aumentó de US$282 a US$294 por tonelada, mientras que el maíz experimentó una suba de US$193 a US$198 por tonelada. Sin embargo, a pesar de estos aumentos en los precios, el mercado de exportación se mantuvo cauteloso y los operadores no mostraron señales de un incremento significativo en las ventas al exterior.
Gustavo López, analista de Agritrend, explicó que, desde la modificación de las retenciones, se declararon apenas 200.000 toneladas de maíz de la cosecha 2023/24 y 230.000 toneladas de trigo. En cuanto a la nueva campaña 2024/25, se registraron 250.000 toneladas de maíz y 230.000 de trigo, sin novedades significativas en soja ni cebada. López destacó que la baja cantidad de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) refleja una actitud cautelosa por parte de los exportadores.
Desde la implementación de la medida, el mercado interno ha experimentado un ajuste en los precios, que se espera sea directamente proporcional a la reducción de los derechos de exportación. Juan Manuel Uberti, de la corredora Grassi SA, detalló que los derechos de exportación, calculados sobre el ingreso FOB de los exportadores, deberían reflejarse en una mejora de los precios que pueden ofrecer los compradores por los granos en el mercado interno. Uberti proyectó una mejora aproximada de 30 dólares por tonelada para la soja, 6 dólares para el maíz y 5 dólares para el trigo, gracias a la reducción de las alícuotas.
Sin embargo, los precios internacionales también jugaron un papel importante en este panorama. Según Uberti, en el caso de la soja, los precios en Chicago cedieron posiciones, limitando en parte las mejoras en los valores locales. Por otro lado, los cereales como el maíz y el trigo se mantuvieron estables, lo que permitió un mayor repunte en los precios locales.
Aunque los precios mejoraron, el volumen de operaciones no mostró un cambio sustancial. Uberti precisó que el mercado no experimentó un aumento en las ventas tras la modificación de las retenciones. A lo largo de la semana pasada, los registros de negocios fueron moderados, con apenas 293.326 toneladas de soja, 484.225 toneladas de maíz y 215.693 toneladas de trigo negociadas en los días previos.
El comportamiento del mercado en los días iniciales fue incierto, ya que los operadores aguardaban la instrumentación definitiva de la medida y sus efectos. Fue solo cuando los precios comenzaron a mejorar que se reactivaron algunas operaciones, pero siempre dentro de los volúmenes tradicionales para esta época del año.
Además de la incertidumbre que generó la nueva medida, el clima en Sudamérica agregó otro factor de preocupación. Eugenio Irazuegui, analista de Zeni, destacó que las altas temperaturas y la falta de lluvias en zonas clave para la cosecha gruesa aumentaron la tensión en el mercado. La falta de precipitaciones en áreas productivas podría tener un impacto directo en los rendimientos de la cosecha, lo que complicaría aún más las perspectivas de oferta de granos.
Irazuegui subrayó que, si bien la reducción de las retenciones fue un factor importante, la incertidumbre climática está teniendo un impacto aún mayor en las decisiones de los productores y exportadores. "La situación hídrica es una preocupación constante, ya que la falta de agua podría afectar los rendimientos de la soja y el maíz", indicó.
La normativa que acompaña a la reducción de las retenciones también incluye la exigencia de liquidar las divisas de las ventas externas en un plazo de 15 días, lo que implica un costo financiero adicional para los exportadores. Este factor podría influir en las ofertas de compra y en la toma de decisiones por parte de los exportadores.
En cuanto a los precios internos, Irazuegui mencionó que las propuestas de compra han mostrado una mejora, alcanzando los 315.000 pesos por tonelada para la soja y 225.000 pesos para el maíz con descarga inmediata. Sin embargo, el mercado sigue vigilando la evolución de las condiciones climáticas para tomar decisiones más definitivas.
A nivel internacional, el mercado de Chicago estuvo marcado por oscilaciones, especialmente debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y otros países. Las declaraciones del expresidente Donald Trump contra los miembros del BRICS y la posibilidad de imponer aranceles adicionales a productos de China, Canadá y México generaron volatilidad en los mercados. La soja cerró la semana con una baja, mientras que el maíz experimentó una caída en sus precios debido a las preocupaciones sobre las relaciones comerciales de EE.UU. con México, su principal destino de exportación de maíz.