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El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha unido fuerzas con el Centro Regional de Educación Tecnológica (CERET), en colaboración con los Ministerios de Producción y Educación de la provincia de La Pampa, para fortalecer la horticultura en la región. A través de esta alianza estratégica, se están impulsando soluciones innovadoras que buscan mejorar la productividad y sostenibilidad de los cultivos hortícolas en la campaña 2024-25. Los avances preliminares en cultivos como tomates, pimientos, berenjenas, lechugas y zapallos anticipan una campaña exitosa.
Durante la campaña 2023-24, los investigadores analizaron más de 30 cultivos hortícolas, obteniendo resultados prometedores que sugieren un aumento en los rendimientos y una mayor sostenibilidad para el próximo ciclo. Alberto Muguiro, especialista de la Agencia de Extensión Rural de General Pico, resaltó que los rendimientos alcanzados en los ensayos fueron comparables a los de los productores locales, lo que indica un manejo adecuado y una excelente conservación de la fertilidad del suelo.
Entre los cultivos evaluados, los tomates, pimientos, berenjenas, lechugas y zapallos se destacaron por su productividad. En particular, las variedades de lechuga Tropical, Sicilia y Black RAM, junto con los híbridos de tomate Elpida, Kaiju y Falcon, mostraron un rendimiento sobresaliente. También se observó un excelente desempeño en las acelgas, con variedades como Prius, YN 748, Verde de París y Erbette da taglio.
Uno de los aspectos clave de estos ensayos fue el análisis de parámetros fundamentales como el rendimiento por metro cuadrado, la calidad del fruto, su tamaño y el contenido de azúcar. Rodolfo Grasso, docente de la cátedra de Horticultura de la Universidad Nacional de Rosario y colaborador del CERET, destacó la relevancia de los análisis de grados Brix, especialmente en tomates cherry, mini sandías y melones, cuyas mediciones son de gran interés para las empresas comercializadoras y los productores. Además, en cultivos como lechuga y acelga, se registraron datos sobre el número de plantas y el peso cosechado, lo que facilita la estimación del tamaño promedio de las mismas.
La sostenibilidad también fue un punto importante en estos ensayos. Muguiro destacó el uso de microorganismos benéficos como Bacillus y Trichoderma, además de fertilizantes orgánicos, para promover un manejo integral del cultivo. Este enfoque abarca desde el riego hasta la cosecha, asegurando prácticas agrícolas más amigables con el medio ambiente. Las pruebas controladas se llevaron a cabo en una infraestructura de última generación, que incluyó siete túneles y dos invernaderos en una superficie de 3.000 metros cuadrados, lo que permitió obtener resultados confiables y replicables.
El CERET y el INTA no solo generan conocimientos, sino que también los transfieren activamente al sector hortícola a través de jornadas a campo y capacitaciones. Carlos Pechín, especialista de la Agencia de INTA General Pico, enfatizó que estas actividades brindan a los productores herramientas validadas localmente, lo que les permite tomar decisiones informadas sobre las variedades a sembrar y las prácticas de manejo para maximizar el rendimiento. La jornada hortícola anual, que se lleva a cabo desde hace 25 años, es un evento clave para compartir estos avances.
La colaboración entre el CERET y el INTA reafirma el compromiso de ambas instituciones con la innovación, la sostenibilidad y el fortalecimiento de la producción hortícola en La Pampa. Con la vista puesta en el futuro, uno de los próximos objetivos es la realización de un censo hortícola provincial, previsto para junio y julio de 2025. Este censo actualizará datos cruciales sobre el estado del sector, guiando así el desarrollo hortícola en la región, y reforzando los esfuerzos por una producción más eficiente y sustentable.