Por Agroempresario.com
Walter Javier Detzel, de 36 años, se ha convertido en una figura clave en la lucha por la desregulación de los procesos de exportación de productos agrícolas en Argentina. Conocido en su región como "el Messi de la sandía", Detzel nació en el pequeño pueblo de Juan José Castelli, en pleno corazón de El Impenetrable chaqueño. Desde joven, ayudó a su padre en la producción de sandías, lo que fue el primer paso hacia lo que hoy es un próspero negocio agrícola.
Lo que parecía una traba administrativa en la normativa de empaques para exportaciones se convirtió en el centro de la batalla de Detzel por mejorar la competitividad de los productores locales. En un país donde la burocracia parece estar siempre en el camino, este productor de sandías logró contactar a Federico Sturzenegger, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, y con su apoyo, logró el cambio de una regulación de 1983 que afectaba gravemente la comercialización internacional de productos como la sandía.
La historia de esta victoria comienza en 2024, cuando Detzel, cansado de las trabas burocráticas que dificultaban las exportaciones de su producto a países vecinos, decidió escribirle un correo a Sturzenegger. En él, el productor detallaba cómo una resolución del Senasa, que obligaba a embolsar las sandías para su exportación, hacía que los compradores en Paraguay y Uruguay se negaran a adquirirlas, ya que preferían el producto a granel, tal como se maneja en todo el mundo.
La respuesta de Sturzenegger no se hizo esperar. Tan solo 72 horas después, el ministro mencionó a Detzel en un programa de televisión, destacando la importancia del correo recibido. En su intervención, Sturzenegger relató cómo, al investigar la normativa, descubrió una resolución de 1983, proveniente de la dictadura militar, que regulaba estrictamente cómo debía empacarse la fruta para ser exportada. "Es ridículo que nos obligaran a embolsar las sandías cuando en otros países no se hace así", comentó Detzel.
La intervención de Sturzenegger fue clave para que se modificara la resolución que, hasta entonces, impedía el acceso de muchos productos agrícolas argentinos a mercados internacionales. La publicación de la resolución 21/25 en el Boletín Oficial dio el visto bueno a la simplificación de las regulaciones para el empaque y acondicionamiento de frutas, hortalizas y otros productos agroalimentarios. Esta medida busca garantizar la inocuidad de los alimentos sin generar obstáculos innecesarios para su comercialización.
Con la nueva normativa, los productores de sandías, como Detzel, se beneficiarán de un marco más flexible que les permitirá acceder a mercados internacionales de forma más eficiente. Antes, el costo adicional de $1.000.000 en empaques para cumplir con los requisitos de la vieja normativa no solo resultaba en una pérdida económica, sino que también reducía la competitividad de los pequeños productores, que son la base de la agricultura argentina.
Detzel ha sido un referente en la zona de Juan José Castelli, en la provincia de Chaco, donde la producción de sandías, zapallos y melones abarca unas 1.000 hectáreas. Este cambio es una gran victoria no solo para él, sino también para los aproximadamente 100 productores locales que, como él, pueden beneficiarse de un entorno regulatorio más amigable con las exigencias del comercio internacional.
La exportación de sandías, zapallos y melones es una actividad de gran importancia para la economía regional chaqueña. Entre 2018 y 2019, el sector logró un hito histórico al enviar cinco equipos de sandías a Paraguay. Sin embargo, la carga de normativas restrictivas y los altos costos de embalaje pusieron fin a este avance. Con la eliminación de estas barreras, los productores locales tienen la oportunidad de expandir sus mercados, no solo en Paraguay, sino también en Uruguay y otros países vecinos.
El cambio normativo no solo beneficiará a los productores individuales, sino que también fortalecerá a la industria agrícola de la región, contribuyendo a la creación de empleos y a la expansión de la economía local. Según Detzel, "la zona de Castelli tiene mucho potencial, estamos alejados del frío y las heladas, y el clima es ideal para el cultivo de estas frutas".
Walter Javier Detzel ha dedicado su vida a la producción de sandías, aprendiendo desde joven los secretos del cultivo y la cría de hacienda de la mano de su padre, Guillermo, quien a sus 72 años sigue trabajando en el campo. De su madre, Ester, aprendió el valor del esfuerzo y la perseverancia.
A lo largo de los años, Detzel logró posicionarse como un experto en el cultivo de sandías, zapallos y melones, y en la actualidad es reconocido en la región por su trabajo y dedicación. El apodo de "el Messi de la sandía" le fue otorgado por sus conocimientos sobre el cultivo y la genética de la fruta. "Me apasioné tanto que estudié mucho sobre el cultivo y el mejoramiento genético. Me transformé en el número uno", comenta con humildad.
Detzel no solo es conocido por su habilidad en la agricultura, sino también por su trabajo en conjunto con otros productores de la región. Desde la apertura de su negocio Sandías Castelli, ha asistido a unos 100 productores, brindándoles apoyo con semillas híbridas y los insumos necesarios para llevar a cabo una producción exitosa.
El cambio de la normativa es solo el comienzo para los productores de la región. Detzel, en nombre de los agricultores de Juan José Castelli, expresó su gratitud por la resolución que facilitará el acceso a nuevos mercados. "Solo queremos trabajar libremente, salir adelante con nuestro esfuerzo y que el Estado no nos ponga obstáculos. Tenemos mucho potencial y queremos aprovecharlo", señaló.
Con esta nueva normativa, Argentina no solo mejora las perspectivas de sus productores agrícolas, sino que también da un paso importante hacia una mayor competitividad en los mercados internacionales. La historia de Walter Javier Detzel es un claro ejemplo de cómo la lucha por una regulación más justa y menos burocrática puede transformar la vida de muchos productores y contribuir al crecimiento económico regional.