Por Agroempresario.com
Un reciente estudio del British Antarctic Survey (BAS) ha revelado un fenómeno que podría acelerar la pérdida de hielo en la Antártida. Se trata de los "ríos en el cielo" o ríos atmosféricos, bandas estrechas de humedad concentrada que pueden transportar grandes cantidades de precipitación al continente blanco. Aunque la Antártida se caracteriza principalmente por nevadas, los científicos han descubierto que estos ríos también provocan lluvias, incluso en los meses más fríos del año.
El estudio, publicado en la revista The Cryosphere, utilizó modelos climáticos regionales de alta resolución para analizar el impacto de los ríos atmosféricos en el continente. En particular, se enfocó en las plataformas de hielo de Thwaites y Pine Island, ubicadas en la Antártida occidental, zonas de gran importancia debido a su rápido retroceso y contribución al aumento del nivel del mar.
Los ríos atmosféricos son flujos de vapor de agua que pueden recorrer miles de kilómetros y generar precipitaciones intensas cuando interactúan con el relieve terrestre. En la Antártida, estos fenómenos pueden generar varios milímetros de lluvia, un hecho poco estudiado hasta el momento.
Las simulaciones muestran que la mayoría de la precipitación generada por estos eventos ocurre en forma de llovizna superenfriada, es decir, agua líquida que permanece en estado líquido pese a las temperaturas bajo cero. Esta llovizna, al entrar en contacto con la superficie del hielo, puede contribuir a su desestabilización y derretimiento.
Los vientos foehn, generados cuando los ríos atmosféricos atraviesan zonas montañosas, también juegan un papel clave en el proceso. Estos vientos cálidos y secos pueden aumentar la temperatura de la superficie del hielo, acelerando el derretimiento.
Las precipitaciones líquidas sobre las plataformas de hielo pueden afectar su estabilidad de diversas formas. En primer lugar, el agua de lluvia puede filtrarse a través de grietas en el hielo, facilitando la fragmentación y acelerando la pérdida de masa glaciar. Además, el aumento de la temperatura debido a los vientos foehn puede debilitar la estructura del hielo y fomentar desprendimientos.
Según la investigación, la falta de datos precisos sobre la cantidad y el tipo de precipitaciones en la Antártida representa un desafío para la comprensión del impacto real de estos fenómenos. Para mejorar las predicciones sobre la evolución de los glaciares, los científicos destacan la necesidad de realizar observaciones in situ y mejorar los modelos climáticos.
La investigadora principal del estudio, Ella Gilbert, enfatizó que es fundamental conocer con mayor exactitud cuánta nieve y lluvia caen en estas regiones, ya que estos datos pueden ayudar a proyectar mejor el futuro de los glaciares que están en rápida retirada.
El estudio se basó en modelos climáticos avanzados, como MetUM, Polar-WRF y HCLIM, combinados con observaciones satelitales y datos recolectados en la región. Estas herramientas permiten una mejor comprensión de los patrones de precipitación y del impacto de los ríos atmosféricos en la estabilidad del hielo antártico.
Con el cambio climático en curso y el aumento de la temperatura global, comprender estos procesos se vuelve cada vez más urgente. La Antártida desempeña un papel clave en la regulación del clima y en el equilibrio del nivel del mar a nivel mundial. Por ello, la investigación sobre los ríos atmosféricos y su influencia en las precipitaciones antárticas podría ser crucial para desarrollar estrategias de mitigación y adaptación en las décadas venideras.