Por Agroempresario.com
La producción lechera argentina registró en enero de 2025 un crecimiento interanual del 5,6%, alcanzando un total de 880,7 millones de litros, según el informe mensual de la Dirección Nacional de Lechería, analizado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA). Este aumento es el mayor de los últimos cuatro años, ya que no se registraba un incremento similar desde enero de 2021.
A pesar del crecimiento en la producción, los tambos continúan enfrentando dificultades económicas. En enero, las usinas pagaron a los productores $444,11 por litro de leche, lo que representa una suba del 0,7% respecto a diciembre y un 82,1% más en comparación con enero de 2024. Sin embargo, este incremento sigue por debajo de la inflación anual, que el INDEC estimó en 84,5%, lo que impacta directamente en la rentabilidad del sector.
El análisis por niveles de producción revela una importante disparidad en el crecimiento. El estrato de mayor escala (más de 6.000 litros diarios) registró el mayor incremento interanual, con una suba del 9%, superando ampliamente a los otros segmentos.
Por su parte, los tambos de producción media y baja tuvieron incrementos más moderados, del 5% y 1% respectivamente, reflejando las dificultades que enfrentan los establecimientos de menor escala para aumentar su productividad.
Si se considera la estratificación productiva publicada por la Dirección Nacional Láctea, el crecimiento interanual de la producción a tambo constante se estimó en 6,7%, superando el aumento global del 5,6%.
Una de las principales razones de esta diferencia es la reducción en la cantidad de tambos y vacas en producción. Según datos oficiales, la cantidad de unidades productivas en funcionamiento disminuyó un 5,5% interanual, afectando principalmente a los estratos de menor escala.
Sin embargo, esta reducción no impactó significativamente en la producción total, ya que los tambos en actividad mejoraron su eficiencia. Este fenómeno se observa en otras regiones lecheras del mundo, donde la disminución del número de productores se ve compensada por un aumento en la producción por vaca.
En Argentina, la producción promedio diaria por vaca se mantiene en 23 litros, muy por debajo de los 35 litros que se registran en Estados Unidos, lo que indica que aún hay margen para mejorar la eficiencia productiva en el sector.
El crecimiento de la producción en enero es una señal positiva para la industria, pero las preocupaciones persisten en torno a los costos crecientes y la rentabilidad de los tambos. A pesar del mayor volumen de leche producido, el atraso en el precio pagado al productor respecto a la inflación sigue siendo un problema clave.
El sector lechero argentino enfrenta el desafío de mejorar la competitividad y eficiencia productiva en un contexto de costos elevados. En los próximos meses, será fundamental monitorear la evolución de los precios y la rentabilidad de los tambos para evaluar la sostenibilidad de este crecimiento.