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Por Agroempresario.com
El Gobierno de Javier Milei avanza en su plan de privatizaciones y ha dado un nuevo paso al transformar a Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en Sociedad Anónima. Esta medida, similar a la implementada recientemente con el Banco Nación, forma parte de la estrategia oficial para sanear y luego vender diversas empresas estatales. Sin embargo, la decisión ya generó tensiones con la provincia de Santa Cruz, donde está ubicada la mina.
El decreto firmado por el presidente Milei será publicado en el Boletín Oficial en los próximos días, oficializando la conversión de YCRT en Sociedad Anónima. La medida fue diseñada por Diego Chaher, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, y busca allanar el camino para su eventual privatización.
El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, fue informado previamente por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en un intento de evitar conflictos políticos. No obstante, persisten las dudas sobre el impacto de esta transformación en la economía y el empleo local.
El saneamiento de YCRT incluirá la presentación de balances contables, la modernización de reglamentos internos y la revisión de la estructura organizativa. La venta definitiva no tiene una fecha establecida, pero ya se han manifestado al menos tres grupos interesados en adquirir la empresa.
YCRT enfrenta una crisis financiera y operativa que ha limitado su funcionamiento durante años. La mina, que también cuenta con dos centrales de generación eléctrica, ha sido objeto de denuncias por sobrecarga de personal, falta de inversión y gestión deficiente. Durante la administración de Alberto Fernández, la empresa fue dirigida por Aníbal Fernández, pero su operatividad se mantuvo en niveles críticos.
En diciembre pasado, la Jefatura de Gabinete destituyó a Thierry Decoud, exfuncionario vinculado a Mauricio Macri, por sospechas de corrupción. En su lugar fue designado Pablo Sebastián Gordillo Arraigada, cercano al gobernador Vidal, quien ahora tiene un rol clave en la transformación de la compañía.
Uno de los principales desafíos de YCRT es su abultada plantilla de trabajadores, que no se condice con el nivel de producción actual. Esta situación tiene su origen en acuerdos previos con gremios para evitar conflictos laborales, pero ha generado un costo insostenible. La mina sigue siendo una fuente de empleo clave para las comunidades cercanas, lo que convierte su futuro en una preocupación central para la provincia.
Además, el carbón extraído de YCRT tiene demanda en mercados internacionales, especialmente en China, pero la producción actual no alcanza para satisfacer esos requerimientos. Se estima que China necesitaría al menos 30.000 toneladas mensuales, mientras que la mina apenas podría alcanzar las 20.000 toneladas en condiciones óptimas.
La ubicación geográfica de YCRT también representa un desafío logístico. La mina está situada a 300 kilómetros del mar, lo que encarece el transporte y reduce la competitividad del carbón en el mercado internacional. Algunos expertos sugieren que el Gobierno debería considerar subsidios para mejorar la infraestructura y aumentar la producción, pero esta posibilidad ha sido descartada por la administración de Milei, que busca reducir el déficit fiscal.
La privatización de YCRT será un proceso complejo y, a pesar del inicio de su saneamiento, aún quedan interrogantes sobre cómo afectará a los trabajadores y a la economía de Santa Cruz. Mientras tanto, el Gobierno continúa con su plan de transformación de las empresas estatales, un camino que promete seguir generando debate y controversia.
