Por Agroempresario.com
Yamandú Orsi asumirá este sábado la presidencia de Uruguay, en un contexto regional marcado por las tensiones entre los gobiernos de izquierda y derecha en América Latina. En un evento trascendental, sin la presencia de Javier Milei, el nuevo mandatario enfrentará el desafío de mantener la cordialidad con Argentina, mientras se posiciona ante los cambios que podría sufrir el Mercosur durante su mandato.
Orsi, representante del Frente Amplio y cercano al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, llega al poder con el firme propósito de fortalecer la relación con sus aliados en el continente, pero sin descuidar su vinculación con Argentina, pese a las diferencias ideológicas que lo separan del presidente libertario argentino.
Aunque la relación entre Orsi y Milei es distante y sin contactos personales previos, el pragmatismo uruguayo se erige como la clave para mantener un vínculo estable. Orsi ha destacado en diversas ocasiones que, pese a sus diferencias ideológicas, no es sensato ni conveniente vivir enfrentados con Argentina, un país con el que Uruguay comparte tanto fronteras como historia.
“Uruguay seguirá estando donde está, geográficamente hablando y la Argentina lo mismo. ¿Es inteligente, es lo procedente, es de sentido común vivir enfrentados? Francamente, creo que no”, expresó Orsi al diario El Observador, reflejando su postura conciliatoria.
El presidente electo, que se identifica con la izquierda regional, ha recibido críticas de analistas que sostienen que el mayor peso en la relación bilateral recaerá en las manos de Milei, cuyo estilo confrontativo podría generar fricciones, mientras que el pragmatismo uruguayo se enfoca en los intereses económicos y la estabilidad política.
De confirmarse que Milei no asistirá a la ceremonia de asunción, su ausencia se interpretaría como una decisión de peso, que podría reflejar la falta de interés por estrechar lazos cercanos con el nuevo presidente de Uruguay.
A pesar de su vinculación con el Frente Amplio y su cercanía con la administración de Lula, Orsi ha dado muestras claras de moderación. Durante su campaña presidencial, ya había anunciado que Gabriel Oddone, un economista del sector más moderado del Frente Amplio, sería su ministro de Economía. Este gesto busca enviar señales de estabilidad económica tanto a nivel local como internacional.
Además, Orsi ha designado a Mario Lubetkin como su canciller, un diplomático con amplia trayectoria en relaciones internacionales y reconocido por su capacidad de diálogo y negociación. Con estos nombramientos, el mandatario uruguayo busca suavizar las tensiones internas y externas, y abrir espacios de entendimiento con gobiernos como el de Argentina, aún cuando las diferencias ideológicas sean evidentes.
Uno de los puntos más delicados de la relación entre Uruguay y Argentina, y en general, de la política exterior de ambos países, es el futuro del Mercosur. Durante la administración saliente de Luis Lacalle Pou, Uruguay mostró su intención de flexibilizar el bloque para poder avanzar en acuerdos comerciales con países fuera de la región, como China. Esto ha generado roces con Argentina, que prefiere preservar la estructura tradicional del Mercosur, sin permitir que los países miembros actúen por su cuenta.
Con la llegada de Milei a la presidencia de Argentina, esta divergencia podría agudizarse. El nuevo mandatario argentino ha mostrado su deseo de negociar acuerdos comerciales bilaterales de libre comercio con Estados Unidos, bajo la premisa de que el Mercosur está obsoleto. Esta postura podría complicar la relación con Uruguay, que, aunque alineado ideológicamente con el bloque, ve en la flexibilidad una oportunidad para profundizar vínculos comerciales con mercados más grandes.
El canciller uruguayo designado, Lubetkin, subrayó la importancia de no permitir que el Mercosur se fracture o se paralice. "Si se fractura el Mercosur, perdemos los cuatro países", advirtió, resaltando la importancia de mantener la unidad dentro del bloque.
Según los analistas políticos, la continuidad del Mercosur y el papel de Uruguay en este bloque dependerán en gran medida de cómo Milei maneje la situación. Para algunos, Orsi tiene la capacidad de mantener la cohesión del Mercosur, pero su éxito dependerá de cómo logre lidiar con las presiones internas del Frente Amplio y las tensiones externas, especialmente con la política económica y comercial de Milei.