Por Agroempresario.com
El Gobierno nacional sigue adelante con su proceso de reestructuración administrativa, y esta vez fue el turno de la Cancillería. Mediante la publicación del decreto 169/2025, el Ejecutivo oficializó cambios en la estructura ministerial, con una clara orientación hacia la mejora de las relaciones exteriores, especialmente con los países de América del Sur y del Caribe.
La nueva disposición establece la creación de nuevas funciones dentro de la Cancillería, modificando el funcionamiento de áreas clave como la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Subsecretaría de Coordinación y Administración Exterior. La estructura fue organizada en diferentes secretarías con objetivos específicos que apuntan a un fortalecimiento de la política exterior y de integración regional.
Uno de los cambios más relevantes es la nueva estructura que coloca a la Secretaría de Relaciones Exteriores como un pilar central dentro de la política internacional del país. Este órgano, ahora más fortalecido, tiene como objetivo identificar y desarrollar políticas bilaterales y multilaterales con los países de América del Sur y el Caribe, además de gestionar las acciones necesarias para la integración política en esta región. Se pretende así dar un impulso renovado a las relaciones con estos países y fortalecer la presencia argentina en los foros de integración regional.
En cuanto a la Subsecretaría de Coordinación y Administración Exterior, las nuevas funciones delegadas abarcan la administración de los recursos humanos, la planificación de procesos y la modernización de los sistemas tanto en el país como en las representaciones diplomáticas y consulares argentinas en el exterior. Asimismo, este organismo será responsable de la presidencia de la Junta Calificadora del Servicio Exterior de la Nación, y de la coordinación de programas y proyectos en colaboración con organismos internacionales, como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).
El decreto también incorpora la Secretaría de Malvinas, Antártida, Política Oceánica y Atlántico Sur, que seguirá operando bajo la supervisión de la Cancillería. Además, la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales seguirá al frente de los esfuerzos para promover las exportaciones argentinas, las inversiones extranjeras y la cooperación en ciencia, educación y cultura.
Este reorganización de la Cancillería tiene lugar apenas tres semanas después de la designación de Ricardo Lachterman como jefe de Gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores. Lachterman, un diplomático de confianza del Ministro Gerardo Werthein, fue confirmado en su cargo por el decreto 88/2025. Su nombramiento responde a la necesidad de fortalecer la gestión del Ministerio, en línea con la reestructuración que Werthein impulsó tras la salida de Diana Mondino, quien ocupó la cartera hasta el final del año pasado.
Con este nuevo diseño, el Ministro Werthein busca ordenar las funciones de la Cancillería, buscando alinearlas con una visión más eficiente y sin privilegios en las embajadas y representaciones diplomáticas argentinas. Los cambios también tienen el objetivo de adaptar la política exterior de Argentina a los lineamientos de la gestión libertaria del gobierno, y en especial de potenciar la relación con las naciones de América Latina.
Los nuevos objetivos de la Cancillería incluyen el fortalecimiento de la diplomacia económica, la integración regional y la promoción activa de las políticas exteriores del país. Las modificaciones de la estructura también reflejan un enfoque más pragmático de las relaciones exteriores, dando prioridad a aquellas áreas que se consideran estratégicas para la seguridad, la economía y el bienestar social del país.
Este proceso de reestructuración de la Cancillería es una de las varias reformas que el Gobierno viene llevando a cabo en diferentes áreas del Estado. La reorganización administrativa busca mejorar la eficiencia, reducir costos y establecer una mayor coherencia entre las políticas internas y externas. En este contexto, la Cancillería, con su nueva estructura, se prepara para desempeñar un papel más activo y central en la política internacional, con especial atención a los países vecinos y los organismos internacionales de los que Argentina forma parte.
Al oficializar estos cambios, el gobierno de Javier Milei refuerza la importancia de llevar adelante reformas estratégicas para que la diplomacia argentina tenga un mayor impacto en el ámbito internacional, en un momento clave para el país, marcado por nuevos desafíos geopolíticos y económicos.