Trudeau, entre la emoción y la tensión con Trump: un adiós entre desafíos y logros

Por Agroempresario.com

En uno de los momentos más emotivos de su mandato, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, se mostró visiblemente conmovido en una conferencia de prensa el pasado jueves, mientras negociaba con Donald Trump la suspensión de aranceles impuestos por Estados Unidos. La tensión con el magnate estadounidense y la inminente transición de poder marcaron una jornada cargada de emociones para el dirigente, quien, a días de dejar el cargo, no pudo contener las lágrimas al hablar de su legado.

Trudeau, quien anunció su renuncia en enero y será sucedido en los próximos días por un nuevo líder del Partido Liberal, se mostró profundamente afectado mientras reflexionaba sobre los retos que ha enfrentado durante su mandato. "He tenido en mis años la victoria de Donald Trump, una pandemia histórica que ocurre una vez cada siglo, crisis inflacionarias, guerra en Ucrania, mientras Rusia vuelve a la guerra en Europa, y el Medio Oriente enfrenta situaciones extraordinariamente difíciles", expresó, con la voz entrecortada. "Han sido tiempos complicados. Este es el trabajo para el que me apunté. Este es el trabajo que seguiré haciendo hasta el último momento", añadió con firmeza, mientras las lágrimas se asomaban a sus ojos.

En esa misma conferencia, y ante la evidente emoción del primer ministro, los periodistas le preguntaron por el origen de sus lágrimas. Trudeau, con una voz cargada de sentimiento, respondió: "Este ha sido el honor de mi vida al servicio de los canadienses". Fue en ese momento que la emoción alcanzó su punto máximo, y Trudeau no pudo evitar romper en llanto, particularmente al hablar de uno de los aspectos que considera como uno de los pilares de su legado: el programa de cuidado infantil en Canadá. Este programa, que ha permitido a muchas familias acceder a cuidados a un costo de 10 dólares al día, fue señalado por el primer ministro como una medida clave para fortalecer la economía del país y asegurar la equidad entre los canadienses.

"No hay nada que un gobierno pueda hacer que no pueda ser deshecho por el siguiente gobierno, a menos que los canadienses tengan muy claro la necesidad de mantener esto en marcha", destacó Trudeau, haciendo alusión a la relevancia de las políticas públicas que busca dejar en marcha, especialmente en el marco de las elecciones generales previstas para este año. "El cuidado infantil es una cuestión de equidad. Fortalece nuestra economía, la hace más resistente, y eso nunca ha sido tan importante como ahora", subrayó, con la voz quebrada por el profundo compromiso con su nación.

A medida que avanzaba la conferencia, las tensiones con Estados Unidos seguían siendo un tema central. Desde hace meses, la guerra comercial entre Canadá y Estados Unidos ha escalado, y los aranceles impuestos por Trump a productos canadienses se han mantenido como una piedra angular del conflicto. Los aranceles iniciales de represalia de Canadá, que ascienden a 30.000 millones de dólares canadienses (aproximadamente 21.000 millones de dólares estadounidenses), incluyen productos tan variados como jugo de naranja, mantequilla de maní, café, electrodomésticos, calzado, motocicletas y productos de pulpa y papel.

Trudeau reconoció que, si bien las negociaciones con Trump continúan siendo difíciles, ambos países están comprometidos en encontrar soluciones para evitar que los aranceles resulten excesivamente perjudiciales para los sectores y trabajadores involucrados. En ese sentido, destacó las conversaciones continuas para resolver esta disputa comercial de forma pacífica, al tiempo que recordó que el gobierno canadiense ha tenido que hacer frente a desafíos internacionales imprevistos y difíciles.

Además de la guerra comercial con Trump, el primer ministro canadiense se enfrenta a otro reto crucial: las elecciones generales que, en principio, se celebrarán en octubre de este año. Sin embargo, la fecha de la elección podría adelantarse debido a la posibilidad de que el Parlamento emita una moción de censura contra el gobierno en los próximos días. En cualquier caso, la incertidumbre política sigue marcando el futuro inmediato de Canadá.

En cuanto a los posibles sucesores de Trudeau al frente del Partido Liberal, las encuestas sugieren que el exgobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, tiene una ventaja significativa sobre la exministra de Finanzas, Chrystia Freeland. La renuncia de Freeland en diciembre pasado, junto con la creciente impopularidad de Trudeau, ha dejado al Partido Liberal en una situación complicada. A pesar de esto, las recientes amenazas de Trump sobre los aranceles y sus bromas sobre convertir a Canadá en un estado más de Estados Unidos parecen haber unido al pueblo canadiense en torno al liderazgo del actual primer ministro.

El panorama político canadiense se presenta incierto, y las encuestas muestran que los liberales están casi empatados con los conservadores de la oposición, liderados por Pierre Poilievre. A lo largo de su mandato, Trudeau ha navegado por aguas turbulentas, enfrentando críticas internas y externas, pero también dejando un legado de reformas que han marcado su mandato. En este contexto, su renuncia representa un hito importante en la política canadiense y marca el cierre de una era en la que la tensión con Trump y los desafíos internos fueron una constante.

Con las elecciones de octubre en el horizonte y la transición de poder ya en marcha, Trudeau se prepara para despedirse del cargo con la emoción palpable de quien ha dedicado una década de su vida al servicio de su país. En sus últimas palabras, recordó a los canadienses que “este ha sido el honor de mi vida” y reafirmó su compromiso con el país hasta el último momento de su mandato.