Por Agroempresario.com
La directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, se pronunció recientemente sobre la creciente tensión comercial a nivel global, instando a los actores internacionales a evitar el pánico. En un evento junto a la excanciller alemana Angela Merkel, la economista afirmó que, a pesar de los recientes informes críticos hacia la OMC por parte de Estados Unidos, el país norteamericano no ha mostrado intención de abandonar la organización.
"Recientemente publicaron un informe bastante crítico con la OMC, pero las indicaciones que sus representantes me han dado es que Estados Unidos quiere seguir siendo parte de la organización", comentó Okonjo-Iweala. Esta afirmación se produce en medio de un panorama de incertidumbre, donde las tensiones comerciales con socios clave como China, México y Canadá se encuentran en aumento. La directora de la OMC añadió que, en este contexto, el mensaje central es no "reaccionar de forma excesiva".
Okonjo-Iweala señaló como ejemplo de resolución pacífica el reciente acuerdo entre México, Canadá y Estados Unidos para evitar la imposición de nuevos aranceles. "Hemos visto cómo México y Canadá entablaron un diálogo con Estados Unidos que condujo a una pausa en la imposición de aranceles, por lo que sigo diciendo que debemos respirar profundamente y negociar", explicó.
Además, la directora general de la OMC se refirió al impacto potencial de un regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en las relaciones comerciales globales. Aunque reconoció que este escenario podría resultar complejo, remarcó que el 80% del comercio mundial sigue realizándose bajo las reglas de la OMC, destacando la estabilidad que ofrece el sistema multilateral. También puntualizó que la participación del comercio exterior en el Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos es relativamente baja en comparación con otras economías globales. "Solo un 26% de su PIB proviene del comercio, mientras que en otras economías relevantes, esa cifra supera el 50%", dijo.
Mientras tanto, el endurecimiento de la postura comercial de Estados Unidos podría derivar en una redirección de los flujos de inversión extranjera hacia América Latina y el Caribe, según un análisis del Banco de España. El informe titulado La inversión extranjera directa entre América Latina y España sugiere que, ante las crecientes tensiones comerciales globales y el impulso de la transición energética, la región podría convertirse en un destino atractivo para los capitales internacionales.
El estudio señala que las perspectivas de inversión en América Latina son "positivas", debido a la "posición neutral" de muchos países de la región frente a un entorno de creciente fragmentación geopolítica. En este contexto, la región podría beneficiarse del desvío de inversiones desde otros mercados como parte de una estrategia para "sortear medidas restrictivas al comercio o a la inversión directa". Sin embargo, el informe también destaca que estos flujos estarán sujetos a las decisiones de la nueva administración estadounidense en relación con las políticas de inversión y comercio exterior, lo que genera "un grado de incertidumbre muy elevado" sobre el futuro de estas inversiones.
El análisis del Banco de España destaca que los sectores con mayores perspectivas de inversión son aquellos vinculados a la energía y la minería, especialmente debido a las abundantes reservas de materias primas energéticas y recursos naturales que algunos países latinoamericanos poseen, esenciales para la transición energética. "Las perspectivas de inversión en estos sectores son favorables, dada la necesidad global de recursos para impulsar la transición verde", señaló el informe.
En el ámbito de los servicios, se prevé un crecimiento gradual de las inversiones, particularmente en aquellos sectores relacionados con la digitalización y la tecnología. Este fenómeno podría ser clave para el desarrollo de una economía regional más diversificada y competitiva.
El informe también subraya ejemplos recientes de multinacionales latinoamericanas que están llevando a cabo proyectos de expansión en sectores estratégicos. En Argentina, la distribución comercial ha experimentado un aumento significativo, mientras que en Chile las energías renovables siguen siendo un sector atractivo para la inversión extranjera. En Brasil, la metalurgia ha mostrado un crecimiento constante. Aunque la mayoría de las inversiones tienden a concentrarse en el ámbito regional, alrededor del 20% de los flujos de capital se dirigen hacia Asia y el Pacífico.
Si las expectativas de inversión se concretan, se anticipa que la llegada de capital extranjero contribuirá al fortalecimiento de las economías latinoamericanas. Los efectos positivos de estas inversiones incluirían un aumento en la innovación, el fortalecimiento de la formación bruta de capital y la generación de empleo de mayor calidad, lo cual podría ser un motor para el desarrollo económico de la región.
No obstante, el futuro de estas inversiones dependerá en gran medida de la evolución de las tensiones comerciales globales y de las políticas que implemente la administración estadounidense, tanto en términos de comercio exterior como de inversión. En un escenario de creciente incertidumbre, los países latinoamericanos deberán gestionar cuidadosamente sus relaciones internacionales y sus políticas económicas para aprovechar al máximo las oportunidades que podrían surgir de un nuevo mapa de inversiones global.