Por Agroempresario.com
La marca Rasti, famosa por sus ladrillos de construcción que han marcado varias generaciones, ha logrado mantenerse vigente a lo largo de los años en un mercado que ha sufrido fuertes caídas en el consumo. Con 60 años de trayectoria, Rasti se ha reinventado, diversificando su oferta y apostando por la innovación, con el objetivo de ganar terreno frente a los desafíos económicos del sector juguetero.
En diálogo con Agroempresario.com, Daniel Dimare, miembro de la familia propietaria de la empresa, cuenta cómo la compañía, que comenzó con la fabricación de plásticos y artículos de cotillón, supo transformar su modelo de negocio para sobrevivir y adaptarse a los cambios del mercado.
La historia de Rasti se remonta a 1966, cuando la empresa alemana Modellspielwaren Dr. Hasel & Co. lanzó la marca, la cual fue rápidamente importada a Argentina por Knittax. Mientras tanto, Antonio Dimare, inmigrante italiano que había comprado una fábrica de plásticos en 1965, optó por entrar en el negocio de los juguetes didácticos. Pero no fue sino hasta la década de 1970 que Rasti comenzó a enfrentar dificultades económicas y a perder terreno en el mercado argentino. Fue entonces cuando Antonio Dimare, a pesar de los obstáculos, decidió lanzar su propia línea de ladrillos, Plastiblock, que años después pasaría a llamarse Blocky.
En 2005, tras años de búsqueda, la familia Dimare logró recuperar la marca Rasti. "La encontramos, o mejor dicho, realizamos lo que llamamos Operación Rescate", recuerda Dimare. Desde entonces, la marca de ladrillos se ha consolidado como uno de los productos más emblemáticos de la empresa, que actualmente fabrica no solo Rasti, sino también otras marcas como Blocky, Blokoco, Cityball, Flokys, Bimbi, Crico y Armatron, entre otras. Con una planta de producción y showroom en Lomas del Mirador, en la zona oeste de Buenos Aires, la compañía produce más de 200 productos.
A pesar de la caída generalizada del consumo de juguetes en 2024, la empresa logró mantenerse en pie gracias a su capacidad de adaptarse a las nuevas demandas del mercado. "A finales de 2023, comenzamos a desarrollar productos con presentaciones más accesibles, en cuanto a precio, para todas nuestras marcas. Esto nos permitió mitigar la caída y mantenernos competitivos", explica Dimare. Según datos de la empresa, las ventas cayeron un 9% en unidades en 2024, mientras que la industria juguetera en general experimentó caídas de entre 30% y 40%.
Uno de los factores que complica la situación de las empresas fabricantes de juguetes en Argentina es la alta concentración de ventas en fechas clave, como el Día del Niño y Navidad. En el caso de Rasti, el 55% de sus ventas anuales se generan en estas fechas. Además, el mercado argentino se caracteriza por una atomización sin igual: existen unas 180 empresas fabricantes de juguetes, pero solo unas pocas de tamaño mediano.
Otro aspecto que influye en la dinámica del mercado es la presencia de productos importados, sobre todo aquellos de alto contenido tecnológico o con licencias, que representan una parte significativa de las ventas. "El mercado de juguetes en Argentina depende mucho de los productos importados para mantenerse. En 2024, las importaciones se mantuvieron estables en comparación con el año anterior", explica Dimare. En este contexto, la empresa ha comenzado a importar juguetes fabricados en China, como parte de su marca Bimbi, que está orientada a la primera infancia. "Aunque no representan un gran volumen aún, si los productos son bien recibidos, iremos incrementando la oferta", comenta Dimare.
A medida que la caída del consumo se hizo más evidente, la familia Dimare decidió diversificar aún más sus operaciones, lanzando nuevas líneas de negocio. Una de ellas es Rasti Fábrica de Ideas, una unidad dedicada a la producción de juguetes personalizados para grandes empresas. A través de esta división, la compañía ha desarrollado productos como vehículos a escala para automotrices y cucharitas para una cadena de heladerías. "Esto nos ha permitido complementar nuestras ventas y aumentar la presencia de marca", destaca Dimare.
Además, en 2019, la empresa incursionó en el mercado educativo con una propuesta innovadora: la robótica. Rasti comenzó a fabricar equipos para escuelas, los cuales vienen acompañados de contenidos pedagógicos y capacitaciones para los profesores. Esta nueva línea ha sido respaldada por una alianza estratégica con Editorial Santillana, lo que les ha permitido ampliar su alcance. "El negocio de la robótica educativa nos ha abierto puertas en nuevos mercados y nos ha permitido llegar a un público diferente", resalta Dimare.
Para mantener su competitividad en un mercado en constante cambio, la innovación se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la estrategia de la empresa. "Contamos con un departamento de diseño y desarrollo que trabaja constantemente en nuevas ideas y tecnologías que puedan adaptarse a nuestros juguetes", explica Dimare. A través de este departamento, la empresa sigue de cerca las tendencias internacionales y evalúa cómo incorporarlas a su portfolio de productos.
De cara a 2025, Dimare proyecta un crecimiento en las ventas de entre el 10% y el 15%, con una facturación estimada de $ 3.100 millones. Además, la empresa planea retomar sus esfuerzos de exportación, principalmente con los productos de robótica educativa, que actualmente tienen una fuerte presencia en Brasil. "La exportación fue un área que tuvimos que dejar de lado debido a la situación del tipo de cambio, pero este es un buen año para retomar ese plan", concluye.