Por Agroempresario.com
El Gobierno argentino enfrenta un escenario complejo, donde el aumento de los dólares financieros y la persistente inflación ponen en jaque sus intentos de reducir las tasas de interés. Durante el mes de marzo, los dólares financieros continuaron su tendencia alcista, alcanzando ayer valores cercanos a los $1.240 para el contado con liquidación, mientras que el dólar libre rebotó hasta los $1.230. Este repunte, aunque leve, deja al Gobierno sin margen para bajar las tasas de política monetaria, al menos en el corto plazo.
La inflación, que en febrero superó el 2%, es otro factor que refuerza la postura del Gobierno. El INDEC dará a conocer los números oficiales hoy, pero las expectativas apuntan a que los aumentos de precios, especialmente en alimentos como la carne y los lácteos, mantendrán el índice inflacionario por encima de este umbral. En este contexto, la tasa de política monetaria, actualmente en 29% nominal anual, se mantendrá sin cambios para no arriesgar una mayor presión sobre el tipo de cambio y las reservas.
El rendimiento de los bonos emitidos por el Tesoro, que se encuentra en torno al 35%, también refuerza esta estrategia. Esta tasa, que supera la tasa de política monetaria, sirve para incentivar el "carry trade", una operación en la que los inversores apuestan por la rentabilidad de los activos en pesos en lugar de salir a comprar dólares. De esta forma, el Gobierno busca asegurarse el refinanciamiento de la deuda en moneda local y evitar una salida masiva de capitales.
Sin embargo, la situación en los mercados internacionales, particularmente la alta volatilidad en Wall Street, ha tenido un impacto directo en los activos locales. Los bonos en dólares registraron caídas de entre 0,5% y 0,8%, lo que provocó que el riesgo país subiera hasta los 748 puntos básicos. Esta situación refleja la incertidumbre global que afecta no solo a la economía argentina, sino también a los mercados emergentes en general.
A pesar de este nerviosismo global, el Gobierno se ha visto obligado a mantener las tasas de interés altas para asegurar que la demanda de pesos se mantenga firme. En este sentido, los plazos fijos en pesos siguen aumentando por encima de la inflación, registrando un incremento mensual superior al 5%. De no ser así, la tentación de desarmar posiciones y pasar a dólares podría aumentar, lo que pondría aún más presión sobre el tipo de cambio y las reservas.
El mercado también espera con expectativa la firma de un acuerdo con el FMI, que podría mejorar la situación de las reservas netas, que actualmente se encuentran negativas en alrededor de USD 4.500 millones. Aunque no se ha fijado una fecha para la aprobación técnica del acuerdo, se espera que esto ocurra dentro del primer cuatrimestre del año. Además de mejorar las reservas, el acuerdo incluiría fondos destinados al repago de la deuda con el FMI, lo que podría aliviar la presión sobre las finanzas públicas.
Por ahora, el Gobierno deberá seguir maniobrando con cautela, manteniendo las tasas altas y esperando una estabilidad que permita enfrentar los desafíos económicos internos y externos que están marcando la pauta en este 2025.